Muchas de las miradas de Estados Unidos apuntaban anoche hacia Carolina del Norte, uno de los estados clave en las elecciones estadounidenses. Allí, los candidatos se jugaban 15 votos electorales, que a priori no tenían un dueño seguro. De hecho, en los últimos días, Carolina del Norte, situado en la costa este del país, fue testigo de importantes actos de campaña protagonizados por Donald Trump y Hillary Clinton, que además contó con el apoyo de Barack Obama y de estrellas de la canción, como Lady Gaga y Jon Bon Jovi. Finalmente, el candidato republicano se impuso en las urnas y se embolsó anoche los 15 votos electorales en juego en Carolina del Norte.

El clima anoche, en la sede demócrata en Carolina del Norte, era desolador. Desde primera fila, vivió la noche electoral José Luis González, profesor de Periodismo de la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH). El de ayer fue un día largo, que empezó lleno de optimismo con la apertura de los colegios electorales y que acabó pasada la medianoche con un final imprevisto, con caras tristes entre los demócratas, con sueños rotos tras ocho años de Obama en la Casa Blanca y con lágrimas por un futuro nada esperanzador. «La sede del partido demócrata en Carolina del Norte fue un auténtico drama, nadie se esperaba una derrota de Hillary Clinton. Todo hacía pensar que Trump, denostado por parte de su propio partido, no podía ganar. Por la mañana, de hecho, estuve entrevistando a la presidenta del partido en Carolina del Norte y me reconoció que las encuestas internas les daban vencedores», asegura hoy José Luis González, poco después de amanecer en Estados Unidos, en el primer día de la nueva era Trump.

El profesor universitario, de viaje en Estados Unidos por cuestiones profesionales, explica que en las calles de las principales ciudades de Carolina del Norte apenas se veía publicidad electoral a favor del aspirante republicano, que en ese estado -continúa- ha hecho campaña al margen del apartado de su partido, como un «outsider». «A Trump no le ha hecho falta ni el apoyo de su partido, se ha bastado con su discurso xenófobo, misógino...», afirma González, quien reconoce que anoche, en la propia sede del partido en Carolina del Norte, la «preocupación» ya era latente ante el próximo gobierno de Trump. «Vi a gente hispana llorando, me consta que están muy preocupados por el futuro de su comunidad en el país», relata González, quien subraya que hoy mismo, apenas unas horas después de conocerse el resultado electoral y tras el discurso de mensaje conciliador que anoche pronunció el presidente electo, el entorno de Trump ya está recuperando el mensaje contra los latinos. «Hoy mismo, ya están hablando de construir el muro con México. El discurso de anoche de Trump fue desconcertante, creo que sólo pensaba en los mercados bursátiles», añade el periodista, quien apuesta a que el nuevo dirigente norteamericano cumplirá «muy buena parte de su programa electoral», pese a sus palabras tras saberse ganador de las elecciones.

Sobre las encuestas electorales, el periodista madrileño, afincado en Alicante, admite que no le sorprende el error de los sondeos en Estados Unidos. «Es resultado del voto oculto conservador, que no se deja ver en las encuestas, como sucedió ya con el Brexit o en las elecciones en España. Es el reflejo de ese votante que se avergüenza de reconocer su voto, pero que vota a su candidato», explica González, quien destaca por otro lado la escasa relevancia electoral que ha tenido el «amplio apoyo» otorgado a Clinton por parte de los grandes medios de comunicación de Estados Unidos, como el New York Times o el Washington Post. «Se está demostrando que el peso de los grandes medios de comunicación y de los aparatos de los partidos tiene cada vez menos relevancia en las urnas. Ahora lo que se lleva es el populismo», apostilla el profesor de la UMH, preocupado a su vez por la deriva política a nivel internacional. «Vivimos un tsunami. Tenemos gobiernos poco o nada democráticos como Rusia y China, ahora el auge de los neofascismos en Europa, la victoria del Brexit... Muchos esperábamos que Estados Unidos fuera el contrapeso, pero no, ahora es aún peor. Con este panorama, es difícil hace un diagnóstico de las futuras relaciones internacionales. Es impredecible, los mercados se van a poner muy nerviosos», concluye José Luis González.