El rey Bhumibol Adulyadej de Tailandia ha muerto este jueves en Bangkok a los 88 años como el decano de los monarcas del mundo, tras reinar durante siete décadas y ganarse el respeto y veneración de la gran mayoría de los tailandeses.

Nació el 5 de diciembre de 1927 en Estados Unidos, fue el segundo hijo varón del príncipe de Songkla, Mahidol Adulyadej, y la princesa Srinagarindra, Mom Sawal, de sangre plebeya.

La familia regresó a Tailandia en 1929 y el padre, que había cursado estudios de medicina con una salud precaria, falleció al año siguiente.

Tras un breve periodo en el colegio católico Mater Dei, y cumplidos los seis años, viajó a Suiza, donde, salvo una breve regreso en 1938, residió hasta concluida la Segunda Guerra Mundial.

En ese periodo, Ananda Mahidol, hermano mayor de Bhumibol, fue declarado heredero al trono en 1935, después de la abdicación de su tío Rama VII.

El reinado de Ananda fue breve: volvió a Tailandia en 1945 y murió al año siguiente en un suceso nunca esclarecido tras aparecer en palacio herido de muerte por arma de fuego.

Bhumibol fue elegido sucesor y, tras dejar de regente a su tío Rangsit, príncipe de Chainat, retornó a Suiza, donde cambió sus estudios en Ciencias por los de Ciencias Política y Derecho.

En esa época se encontró en París con su futura esposa, Sirikit Kitiyara Rajawongse, una prima lejana hija del entonces embajador de Tailandia en Francia, "una jovencita de 15 años, dulce y sin aires de grandeza" que estudiaba música y francés, según la biografía oficial.

La relación se estrechó cuando Sirikit se convirtió en una asidua visitante del soberano durante su convalecía en un hospital de Lausanne por un accidente de tráfico en el que quedó tuerto.

Ambos contrajeron matrimonio el 28 de abril de 1950 en Tailandia y siete días después Bhumibol fue coronado.

El joven rey comenzó a dedicar un interés particular por los proyectos de desarrollo rural y bienestar social durante las décadas de los 50 y 60, cuando se sucedieron los gobiernos militares.

Los viernes, el monarca se relajaba con su Banda Aw Saw y músicos invitados en lo que convirtió en una velada musical que llegó a retransmitirse por la emisora de radio de la Corona.

A partir de 1963, tras la muerte del general Sarit Thanarat, empezó a intercalar comentarios políticos en sus alocuciones públicas.

La primera prueba de autoridad y habilidad política la ofreció en 1973, cuando reaccionó ante la matanza de estudiantes que se manifestaban contra el gobierno militar.

La intervención real acabó con la violencia en las calles y el entonces primer ministro, el general Thanon Kittikachorn, se exilió y dejó paso a un periodo democrático que no duró mucho.

Un golpe militar amparado por el rey acabó con el experimento democrático en 1976, en un momento en el que el comunismo se asentaba en Vietnam, Camboya y Laos.

Los golpes militares se suceden en los siguientes tres lustros: en 1977, 1980, 1981, 1985 y 1991.

El papel que desempeñó el soberano en 1992 ha quedado en la historia oficial tailandesa como la ejemplificación de su reinado, al mediar entre general golpista Suchinda Krapayoon y el movimiento democrático y acabar con la sangrienta represión y abrir el cauce a la celebración de elecciones.

Otro momento destacable se presentó en 1997, durante la crisis financiera asiática, cuando respaldó la embrionaria democracia y se pronunció en público en contra de otro golpe militar.

El reinado de Bhumibol celebró su sesenta aniversario en 2006, año del golpe militar que derrocó al magnate Thaksin Sinawatra y abrió una crisis que el país aún arrastra.

El monarca ha vivido rodeando de un equipo de médicos desde que en 1995 fue intervenido en dos ocasiones por problemas cardiovasculares.

El soberano vivió hospitalizado de 2009 a 2013 y deja cuatro hijos con la reina Sirikit: las princesas Ubol Ratana, Sirindhorn y Chulabhorn, y el príncipe Vajiralongkorn, heredero al Trono.

Habló francés e inglés con fluidez, y sus dos mayores aficiones fueron la ingeniería civil y la música, en particular el jazz, estilo en el que compuso varias melodías ayudado por sus notables dotes con el clarinete y el saxofón.

Fue un pintor aficionado y un entusiasta de la fotografía, autor de varios libros y traductor de otros tantos, entre estos la biografía del presidente yugoslavo "Tito", escrito por Phillis Auty, y "A Man called Intrepid", del novelista Willian Stevenson.

Según la tradición local, Rama IX, apodado "El Grande", encarnó los diez principios morales de los reyes del ideal budista: caridad hacia el pobre, moralidad, sacrificio de sus intereses personales, honestidad, cortesía, dominio de sí mismo, tranquilidad de temperamento, no violencia, paciencia e imparcialidad, según la biografía oficial "El rey Bhumibol. Fuerza de la Nación".