Alemania permanece en estado de máxima alerta mientras las fuerzas de seguridad buscan por todo el país al joven refugiado sirio en cuyo domicilio se hallaron ayer, en una operación antiterrorista, explosivos para cometer un atentado.

La policía sigue registrando viviendas en Chemnitz (este de Alemania), donde residía el sospechoso; las medidas de seguridad se han elevado en estaciones de tren y aeropuertos de todo el país; y uno de los tres detenidos ayer va a ingresar con toda probabilidad en prisión preventiva.

No obstante, el foco de la investigación está puesto en dar con el paradero de Jaber Albakr, el sirio de 22 años nacido en las afueras de Damasco que estaba confeccionando en su casa un explosivo y que, según la policía, sabiéndose perseguido, resulta "peligroso".

El sospechoso se escapó delante de los agentes de las fuerzas especiales, que llegaron a disparar un tiro de advertencia al aire para que se detuviese, pero que optaron por la cautela ante la posibilidad de que llevase explosivos consigo y los hiciese estallar en una zona densamente poblada.

La Oficina de lo Criminal (LKA) de Sajonia ha defendido este proceder, que ha levantado críticas en ciertos sectores ahora que se ha dado a la fuga.

La Fiscalía federal, que ha asumido la investigación, aseguró a través de una portavoz que trabaja con la hipótesis de un intento de atentado "con motivación islamista", como ya habían apuntado varios medios alemanes.

El rotativo "Bild" explicó, citando fuentes de la investigación, que el tipo de explosivo hallado en la casa del joven sirio refuerza esta vía porque es peróxido de acetona (TATP), una fórmula empleada por el grupo terrorista Estado Islámico (EI) en atentados como los de París y Bruselas, por lo que es probable que el sospechoso fuese formado en sus filas.

Según "Bild", la policía se incautó de un kilogramo de TATP en la vivienda del presunto terrorista, cuando la LKA de Sajonia ha reconocido hasta el momento que se hallaron "varios centenares de gramos" de material indeterminado pero "altamente explosivo".

El TATP es una sustancia altamente explosiva que puede fabricarse con materiales relativamente accesibles, como ácido sulfúrico, peróxido de hidrógeno (agua oxigenada) y acetona, y que es muy sensible a la temperatura, la fricción y el impacto.

Según difundió el semanario "Der Spiegel", el sospechoso llegó el 18 de febrero del año pasado a Alemania por Baviera, con la avalancha de refugiados, y dos semanas después solicitó formalmente asilo con un pasaporte sirio con la identificación N009801845, petición que fue concedida a mediados de junio.

La Policía sajona practicó además varios registros en Chemnitz, buscando explosivos en inmuebles de personas conectadas con el principal sospechoso, acciones de las que hasta el momento ha trascendido tan sólo una detención.

Además, la policía informó de la puesta en libertad de dos de los tres arrestados ayer e indicó que del último, el inquilino formal de la vivienda en la que residía Albakr, ingresará con toda seguridad en prisión preventiva, como pedía la Fiscalía Estatal de Dresde.

La fiscalía le acusa de complicidad en la preparación de un ataque para poner en peligro la seguridad del Estado.

Mientras tanto, las medidas de seguridad se han incrementado en las "infraestructuras críticas" de todo el país, informó la Policía federal, una denominación que incluye estaciones de tren y aeropuertos, como los dos de Berlín, ciudad que se encuentra a unos 250 kilómetros de Chemnitz.

Por su parte, un portavoz del Ministerio de Interior recordó que Alemania "no puede descartar" que hechos como los "que también hemos visto en Francia y Bélgica" sucedan en su territorio, porque se encuentra "en el punto de mira del terrorismo internacional".

No obstante, subrayó que la operación antiterrorista de ayer muestra, asimismo, que las fuerzas de seguridad de Alemania "están muy atentas".

Alemania sufrió dos ataques yihadistas en julio, ambos perpetrados por solicitantes de asilo, en los que murieron los dos terroristas y veinte personas resultaron heridas.