Alan y Gyan Mohammad son dos hermanos sirios que padecen una discapacidad y que están postrados en una silla de ruedas. Ello no les ha impedido escapar de la guerra en su país natal y del terrorismo de Estado Islámico en Irak para tratar de encontrar un futuro mejor en Europa. Amnistía Internacional (AI) ha recogido ahora su historia en un vídeo.

Estos hermanos kurdos vivían en Hasaka. Cada refugiado tiene su historia y la de estos hermanos es una hazaña, pues padecen una distrofia muscular que les ha dejado en silla de ruedas y no pueden realizar ningún movimiento. Tardaron dos años en recorrer más de 2.500 kilómetros.

Alan Mohammad trabajaba como profesor en Siria y su sueño es llegar a Alemania para reunirse con su padre y su otra hermana. Sin embargo, permanece desde el 12 de marzo en el campo de refugiados de Ritsona (Grecia), situado a una hora al norte de Atenas.

Como el propio Alan cuenta en el vídeo, intentaron cruzar la frontera turca más de una vez y cada vez que llegaban a ella la Policía les disparaba. Cambiaron de rumbo y decidieron cruzar la frontera iraquí, una vez allí se quedaron en Irak un año y cuatro meses, hasta que comenzaron los ataques del grupo terrorista Estado Islámico.

Con el Estado Islámico avanzando por Irak, se dirigieron a las montañas con Turquía donde tomaron dos caballos para cruzarlas. Una vez en territorio turco se montaron en una embarcación a Grecia. Alan recuerda que mirase donde mirase veía niños y bebés llorando.

Cuando llegaron a la isla gierga de Quíos, Alan, su hermana y su madre fueron trasladados al campo de Ritsona donde enseña inglés. "Veía a los niños jugar y pasar las horas sin aprender", cuenta.

Desde Amnistía Internacional denuncian la falta de acción y preocupación del Gobierno griego por los refugiados y las condiciones en las que viven.