La desaparición del vuelo que cubría la ruta París - El Cairo durante esta madrugada ha sacudido de nuevo el país egipcio

El pasado 31 de octubre, un Airbus A321 de la compañía rusa MetroJet (Kogalymavia) se estrelló sobre la península egipcia del Sinaí con 224 personas a bordo, tras registrarse una explosión en su interior.

Dicho siniestro llevó a varios países a imponer restricciones por motivos de seguridad, como Rusia, que prohibió volar en su territorio a la aerolínea Egyptair.

El accidente, que resultó ser un atentado perpetrado por del Estado Islámico, y las medidas posteriores supusieron un gran varapalo para el turismo en Egipto, una de las principales fuentes de divisas de su castigada economía egipcia.

La semana pasada semana el Gobierno alemán decidió suavizar las restricciones para los vuelos entre sus aeropuertos y el de Sharm el Sheij.

El pasado mes de marzo un vuelo de esta misma compañía que iba de Alejandría a El Cairo fue secuestrado y desviado hacia Chipre por un hombre que decía querer reunirse con su ex mujer. El secuestrador se entregó seis horas después sin provocar víctimas.

A falta de conocer los detalles de este nuevo suceso aéreo, sin duda supone un nuevo golpe para Egipto y su sector turístico