El 25 de abril de 2015, un terremoto de 7,6 grados de magnitud sacudió Nepal. Tras cientos de réplicas, el 12 de mayo de 2015 un nuevo terremoto de 6,8 grados azotó de nuevo al país.

Más de 8.700 personas murieron y más de 23.500 resultaron heridas. Asimismo, más de 750.000 casas sufrieron daños o quedaron totalmente destruidas. En total, más de 8 millones de personas de 31 distritos diferentes resultaron damnificadas por el terremoto.

A un año del seísmo, más de dos millones de nepalíes viven aún en refugios temporales e inseguros, denuncia Oxfam Intermón, que destaca que ha ayudado a casi medio millón de personas en siete de las regiones más afectadas suministrando agua potable, refugio de emergencia, alimentos, letrinas y otros artículos de emergencia esenciales.

Bárbara Mineo, directora de Humanitaria de Oxfam, considera "inaceptable" que varios miles de personas continúen viviendo en refugios temporales durante un segundo año por retrasos en la reconstrucción y por los "fuertes intereses" que generan disputas en torno a la propiedad de tierras y su uso, y destaca que el Gobierno del país "debería prestar atención a las lecciones extraídas de otros desastres y asegurarse de que las personas en situación de mayor vulnerabilidad no sean dejadas de lado".

Oxfam ha publicado un informe, coincidiendo con el primer aniversario del terremoto de Nepal, en el que advierte de que la población más pobre y vulnerable de Nepal está en riesgo de quedar excluida del proceso de reconstrucción y recuperación del país.

Según la ONG, 600.000 familias nepalíes, lo que supone unos dos millones de personas aproximadamente, han necesitado refugio de emergencia, donde siguen viviendo. Además, cerca de 26.000 personas más continúan desplazadas en campamentos sin poder volver a sus casas.

Pero además --dice-- la situación se agrava, porque al menos 40.000 familias no poseen la documentación que demuestra la propiedad de sus tierras. Y es que, de acuerdo con una reciente encuesta realizada por una organización socia de Oxfam, el 7% de las personas encuestadas afirma haber perdido documentos importantes o que estos habían sufrido daños significativos durante el terremoto.

Oxfam denuncia además que la "injusta" distribución de tierras que existía antes del terremoto en Nepal (donde el 4% de la población poseía el 40% de las tierras y el 65% de los agricultores poseía tan solo un 15%) no está siendo mejor "y podría dar lugar a una sociedad aún más desigual de la que existía anteriormente".

Oxfam muestra especialmente su preocupación por los grupos más vulnerables (las mujeres, las personas sin tierras, los dalit--intocables-- y los agricultores indígenas que poseen menos de una hectárea de tierra) pues considera que serán los colectivos más perjudicados.

"Ínfima" ayuda española

Oxfam Intermon señala que aunque España actuó rápidamente fletando un avión con material humanitario, la contribución final a esta crisis ha sido "ínfima".

Indica al respecto que el Gobierno español "solo contribuyó con medio millón de euros a esta terrible tragedia", lo que representa el 0.1% del llamamiento que realizó Naciones Unidas.

"La permanente caída del presupuesto de la ayuda humanitaria española, que suma una bajada del 82% desde 2009, explica esta mínima contribución", señala la ONG, que destaca que España "debe iniciar ya la senda de la recuperación para poder responder de manera responsable a futuras crisis y desastres".

Por ello pide al Gobierno que el presupuesto aumente en 2017 a 150 millones de euros, triplicando la dotación actual.