La frontera entre Grecia y Macedonia se ha convertido en un verdadero cuello de botella donde los refugiados que continúan llegando a las costas helenas se acumulan sin poder continuar su viaje, en unas condiciones humanitarias que Médicos Sin Fronteras (MSF) ha calificado de "insostenibles".

Más de 42.000 refugiados han quedado atrapados en Grecia tras la decisión a principios de marzo de Macedonia de cerrar su frontera, acabando así con la principal ruta que habían seguido hasta el momento los refugiados que huyen de la guerra de Siria y otros conflictos para internarse en Europa.

Al menos 12.000 de estos refugiados se concentran en la localidad de Idomeni, en la frontera con Macedonia, en unas condiciones que preocupan a las ONG que trabajan en el terreno. Según MSF, los niños y bebés --que suponen el 40% de los refugiados-- están expuestos a enfermedades respiratorias, mientras que los recién nacidos podrían sufrir secuelas irreversibles debido a las condiciones de insalubridad.

Este lunes, unos 2.000 de esos inmigrantes y refugiados han abandonado el campamento de Idomeni (Grecia), han logrado sortear la valla fronteriza y han entrado en territorio macedonio, según ha confirmado un testigo de la agencia de noticias Reuters.

¿Cómo se ha llegado a esta situación?

El gráfico incluido en esta noticia, realizado con la cifra de llegadas de refugiados a los distintos países que forman la ruta de los Balcanes de Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), muestra cómo Grecia se ha convertido en 'un callejón sin salida' para los inmigrantes.

Así, se observa que la decisión de Macedonia de poner fin el paso de refugiados por su territorio no ha frenado la llegada de barcos con refugiados a Grecia, lo que ha provocado la acumulación de estas personas en territorio heleno.

También se puede ver que pese el anuncio oficial del cierre de fronteras de Macedonia se produjo el 9 de marzo, las medidas aplicadas por el país para restringir el paso a los refugiados se venían notando desde mediados de febrero, con lo que la mayoría de refugiados llegados desde entonces han pasado a engrosar las filas de los que esperan en la frontera.

En el gráfico también se observa cómo la decisión de Hungría de cerrar sus fronteras a Croacia y Serbia frenó dramáticamente la llegada de personas a su territorio en octubre de 2015.

La desesperación provocada por este 'tapón' está provocando que los refugiados se arriesguen a tratar de cruzar por sitios más peligrosos. Al menos tres inmigrantes han muerto ahogados este lunes cuando intentaban cruzar un río cercano a la frontera entre Grecia y Macedonia, según ha informado este lunes la Policía de Macedonia.