Desde la guerra civil a la violencia de bandas urbanas pasando por la sequía, algunas crisis humanitarias en el mundo reciben menos atención mediática y financiación de los donantes que otras y son menos visibles.

Esta son la cinco mayores crisis humanitarias de 2015, sin un orden en particular, que las agencias de asistencia consideran que merecen más atención a nivel mundial:

El desplazamiento oculto en Centroamérica

La incontrolada violencia de las bandas, la pobreza y la falta de empleo empuja a cientos de personas cada mes a abandonar los países del 'Triángulo Norte' --El Salvador, Honduras y Guatemala-- y buscar trabajo y refugio en Estados Unidos y otros países latinoamericanos.

En El Salvador y Honduras --que cuentan con las tasas más elevadas de homicidios-- barrios completos de las ciudades están controlados por poderosas bandas callejeras, conocidas como maras. Estas usan la extorsión, la violencia sexual contra niñas y mujeres, las amenazas y el reclutamiento forzoso de niños para ejercer el control.

"Tenemos una situación que afecta las vidas de miles de personas por la violencia generalizada relacionada con el crimen organizado. Lo que hay aquí es desplazamiento forzoso", defiende Vicente Raimundo, director de la oficina regional para América Central, México y el Caribe de la oficina de la UE de Ayuda Humanitaria (ECHO).

"Nuestra preocupación es por aquellos que están huyendo de sus hogares porque están amenazados, sus familiares han sido asesinados o temen que serán los próximos en la lista. Necesitan ser protegidos. Esta es una gran cuestión y necesitamos hacer más", ha señalado a Thomson Reuters Foundation en una entrevista telefónica desde Managua, capital de Nicaragua.

Para escapar de la violencia de las bandas, las familias a menudo se trasladan de barrio o ciudad dentro de su propio país, luego buscan refugio en el extranjero, cada vez más en Panamá y Costa Rica.

"Este es un fenómeno oculto y urbano que es invisible y difícil de ver. Pero no significa que no exista", subraya Raimundo.

El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) dijo en octubre que los solicitantes de asilo que llegan a Estados Unidos procedentes del 'Triángulo Norte' casi se han multiplicado por cinco desde 2008.

Crisis de refugiados de Sudán del Sur

Sudán del Sur, que se independizó de Sudán en julio de 2011, se sumió en una guerra civil en diciembre de 2013 cuando una crisis política desencadenó un enfrentamiento entre las fuerzas leales al presidente, Salva Kiir, y los rebeldes aliados con su antiguo vicepresidente Riek Machar.

El conflicto ha reabierto la disputa étnica entre los dinka de Kiir y los nuer de Machar. El pasado agosto se firmó un acuerdo de paz pero ambos bandos se han acusado repetidamente de violarlo y los enfrentamientos continúan.

Dos años de guerra civil han dejado más de 10.000 muertos, obligado a 1,6 millones a huir de sus hogares, algunos de los cuales se han escondido durante largos periodos en los bosques y los pantanos para huir de los combates, y al menos 185.000 que han buscado refugio en las bases de la ONU. Casi 650.000 han huido a los países vecinos, según datos de Naciones Unidas.

El país más joven del mundo también pasa hambre. Unos 2,4 millones de personas pasan hambre, y en el estado de Unidad, unas 30.000 personas están al borde de la hambruna, ya que la ayuda solo les puede llegar mediante envíos lanzados desde el aire.

"Sudán del Sur es muy difícil para varios millones de personas que se enfrentan a la inseguridad alimentaria y al conflicto. Pero recibe muy poca atención a nivel internacional", lamenta la subdirectora de Política Humanitaria y Campañas de Oxfam, Shaheen Chughtai.

La crisis de refugiados de Sudán del Sur también es una de las crisis humanitarias menos financiadas. A fecha de diciembre, solo el 19 por ciento de los 659 millones de dólares solicitados por la ONU para el plan de respuesta que cubre Kenia, Uganda y Etiopía había sido financiado, lo que le convierte en el cuarto llamamiento de Naciones Unidas menos financiado.

Conflicto en la República Centroafricana

República Centroafricana (RCA), una antigua colonia francesa, se vio sumida en el caos a principios de 2013 cuando los rebeldes predominantemente musulmanes de Séléka tomaron el control del país mayoritariamente cristiano, donde sus abusos dieron nacimiento a las milicias cristianas antibalaka, que actuaron en represalia.

Miles de personas han muerto en la violencia interreligiosa que siguió en la capital, Bangui, y en todo el país. "La reciente visita del Papa puso RCA en el mapa por un instante pero pocas personas conocen el nombre de su capital o dónde está. La comunidad internacional no está interesada en RCA", lamenta David Cantero de Médicos Sin Fronteras (MSF).

Unos 2,7 millones de personas --más de la mitad de la población-- necesitan alimentos, agua potable, servicios sanitarios y medicinas, según la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).

El número de personas que se han visto forzadas a huir de sus hogares dentro del país para escapar de los enfrentamientos ha aumentado casi un 20 por ciento, hasta las 447.500 en noviembre frente a las 378.400 en septiembre, según ACNUR. Además, medio millón de personas han abandonado el país, alrededor de la mitad de las cuales se ha refugiado en el vecino Camerún.

Muchos de los desplazados internos están atrapados en enclaves, fuera del alcance de las autoridades estatales y de las fuerzas de paz francesas y de la ONU, algunos en feudos controlados por señores de la guerra.

El 13 de diciembre, los votantes plantaron cara a los enfrentamientos y la intimidación por parte de grupos armados para depositar sus votos en un referéndum constitucional visto como un paso crucial para acabar con la violencia. Dos días después, un líder de Séléka proclamó un estado autónomo en su bastión en el norte. Ahora, está prevista la celebración de elecciones este 27 de diciembre.

El deterioro de la crisis humanitaria en Yemen

Yemen ha permanecido inestable desde la revuelta en 2011 que derrocó al veterano presidente Alí Abdulá Salé y se vio sumido en una guerra civil el año pasado cuando el exdirigente unió fuerzas con los rebeldes huthis para tomar el poder, desencandenando la intervención militar de una coalición liderada por Arabia Saudí en marzo en apoyo del Gobierno.

Las partes enfrentadas están manteniendo un alto el fuego desde que comenzaron el pasado 15 de diciembre las conversaciones de paz en Suiza en un intento por acabar con un conflicto que ya dejado casi 6.000 muertos.

"Yemen se ha esforzado por conseguir el tipo de atención que merece en los medios generalistas occidentales", ha defendido Chungtai, de Oxfam.

Los aviones de combate de la coalición comenzaron a bombardear las posiciones de los huthis y sus aliados del Ejército yemení en marzo. Según la ONU, al menos 5.800 personas, casi la mitad de ellas civiles, han muerto desde que comenzaron los bombardeos aéreos, y las agencias de asistencia han dicho que la situación humanitaria ha empeorado.

Más de 21 millones de personas en Yemen requieren algún tipo de ayuda humanitaria para sobrevivir, alrededor de un 80 por ciento de la población, incluidas 2,3 millones de personas que se han visto desplazadas.

"El sufrimiento que este conflicto está infligiendo en las personas rompe el corazón. Escucho relatos de primera mano cada vez que hablo con mujeres, niños y ancianos que han hecho la peligrosa travesía para llegar a Yibuti, Etiopía y Somalia", ha lamentado Claire Bourgeois, coordinador regional de ACNUR para Yemen.

El impacto global de 'El Niño'

Desde Etiopía, Malaui, Papúa Nueva Guinea pasando por Honduras y Haití, decenas de millones de personas en todo el mundo están sufriendo el impacto de un fuerte fenómeno meteorológico de 'El Niño'.

'El Niño', un calentamiento de las temperaturas de la superficie del mar en el Pacífico, afecta los patrones de los vientos y puede desencadenar fuertes inundaciones y devastadoras sequías en diferentes partes del mundo, reduciendo las cosechas y dificultando el que la gente se pueda alimentar a sí misma.

Dado que el impacto de 'El Niño' es tan disperso en todo el mundo y afecta a las regiones de modo diverso, es difícil comprender su verdadera dimensión, según las agencias humanitarias. Los expertos afirman que el impacto del actual 'El Niño', que se intensificará en 2016, será el peor hasta la fecha desde 1997-98.

Hasta 50 millones de personas en todo el mundo se enfrentarán a carestía de agua y/o alimentos en relación con este fenómeno en 2016, según Oxfam.

"En realidad esta no es una crisis, sino muchas", ha denunciado recientemente Oxfam. "El actual enfoque internacional es comprensible en los países más afectados pero la respuesta internacional tiene que ir mucho más allá para garantizar que otros países no les seguirán", ha añadido.

Unos 2,3 millones de personas en Centroamérica, la mayoría agricultores de subsistencia y sus familias, necesitarán ayuda alimentaria por los daños generalizados en las cosechas y los crecientes precios de los alimentos debido a la prolongada sequía que ha empeorado 'El Niño', según el Programa Mundial de Alimentos (PMA).

Más de 10 millones de etíopes, uno de cada diez de los ciudadanos, no tendrán suficiente para comer el próximo año debido a los efectos de la creciente sequía que ha empeorado 'El Niño', según Save the Children.

En el sureste asiático, 'El Niño' está típicamente asociado con la sequía y ha ayudado a incrementar los incendios forestales en Indonesia, entre los peores hasta la fecha. Otros países de la región, en especial India y Sri Lanka, se enfrentan a graves inundaciones provocadas por las intensas lluvias en 2016, según la ONU.