Una oleada de atentados sacudió ayer Turquía desde la occidental ciudad de Estambul hasta las regiones más surorientales, ataques cometidos por diferentes grupos armados y que han causado nueve muertos y decenas de heridos.

La violenta jornada comenzó hoy sobre las 01.00 hora local, con un atentado suicida contra una comisaría de policía en Sultanbeyli, un suburbio de Estambul, en el que murió el atacante. Diez personas, entre ellas tres policías, resultaron heridas al explotar el coche bomba incrustado contra el cuartel.

Varias horas más tarde, los agentes que vigilaban el lugar fueron atacados por un francotirador, y un artificiero de la policía turca murió a causa de los disparos.

A continuación, las fuerzas de seguridad lanzaron un operativo, apoyado por helicópteros, para encontrar a los responsables, y los dos supuestos atacantes murieron, uno abatido y el otro al explotar en sus manos una bomba que quería arrojar contra la policía. No está claro quién está detrás de este ataque, aunque las autoridades han acusado al ilegal Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), mientras que la prensa no descarta que sea el grupo yihadista Estado Islámico.

El PKK suspendió a finales de julio el alto el fuego unilateral que mantenía desde hace dos años, mientras que los yihadistas habían amenazado a Turquía con atentados por permitir recientemente a la coalición internacional usar sus bases contra el EI.

Consulado de EE UU

En el segundo atentado, dos mujeres, militantes de un partido de izquierda radical, atentaron contra el consulado de Estados Unidos en Estambul. Nadie resultó herido en el tiroteo, y una de las atacantes, una enfermera de 51 años de edad, fue apresada. Se trata de una militantes del Partido-Frente Revolucionario de Liberación Popular (DHKP/C), identificada como Hatice A., y que había sido puesta en libertad en julio pasado tras pasar tres años en prisión por ayudar a otros militantes en un piso franco.

Horas más tarde, se produjeron en la provincia de Sirnak, en el sureste del país, un comando del PKK disparó contra un helicóptero militar que transportaba a soldados que acababan de terminar su servicio militar. Uno de los jóvenes murió mientras que otro fue herido. Mientras, en la ciudad de Silopi, también en Sirnak, una bomba activada por control remoto estalló al paso de un blindado y cuatro agentes murieron y otro resultó gravemente herido.