Un tribunal egipcio ha absuelto al ex presidente egipcio, Hosni Mubarak, así como al ex ministro del Interior, Habib el Adly, de los cargos de complicidad en las muertes de los manifestantes durante la Primavera Egipcia de 2011. Además, también ha sido absuelto de las acusaciones de corrupción y enriquecimiento ilícito por la exportación de crudo a Israel a precios supuestamente inferiores a los del mercado

A pesar de que el juez cifró los fallecidos durante la revolución en 239, las estimaciones de ONG apuntan a que más de 800 personas perdieron la vida -y más de 6.400 resultaron heridas- en el transcurso de los enfrentamientos que finalmente acabaron con el derrocamiento de Mubarak.

Además, fue absuelto también, junto a sus hijos Alaa y Gamal, de haber recibido cinco villas en la localidad de Sharm el Sheij (en el sur de la península del Sinaí) de manos del empresario Husein Salem, tras considerar el juez que el caso ha prescrito.

Termina así un juicio histórico, el primero contra un antiguo jefe de estado árabe -con éste presente- desde el inicio de las protestas que sacudieron la región a partir de diciembre de 2010 y que, a juicio de la ONG Human Rights Watch, "podría haber supuesto un precedente en el ámbito de la lucha contra los abusos a los derechos humanos y por la defensa de un estándar justo en el proceso judicial".

Junto a Mubarak, han sido absueltos El Adly y seis de sus ayudantes, según ha dictaminado el juez, que hará públicos esta tarde los motivos de su veredicto, recibido con júbilo por los simpatizantes del ex presidente a las puertas del tribunal.

El veredicto, sin embargo, no implica que Mubarak abandone la cárcel, ya que en estos momentos cumple una condena de tres años de prisión por la apropiación de fondos públicos.

Opción del Tribunal de Casación

La Fiscalía General tiene la opción de remitir el caso ante el Tribunal de Casación, dijo a Efe una fuente judicial.

Si así sucediera, todos los implicados permanecerían detenidos; en el caso de Mubarak, seguiría en el hospital militar de Maadi, en El Cairo, adonde fue trasladado por su precario estado de salud desde la cercana prisión de Tora.

Mubarak, de 86 años, fue condenado en mayo pasado a tres años de cárcel por apropiación indebida de fondos públicos, en un caso relacionado con el presupuesto de los palacios presidenciales y en el que sus hijos Alaa y Gamal recibieron penas de cuatro años por los mismos cargos.

Al inicio de la vista de hoy, el juez Al Rachidi también declaró estos casos prescritos