La ofensiva ucraniana contra los bastiones insurgentes prorrusos en el este del país se atascó en vísperas del encuentro en Varsovia entre el nuevo presidente ucraniano, Petró Poroshenko, y su homólogo de Estados Unidos, Barack Obama.

Las fuerzas gubernamentales no han logrado vencer la resistencia de los rebeldes en las regiones de Donetsk y Lugansk cuando se cumplen casi dos meses de sublevación y los muertos ascienden ya a 181.

"En total, en las regiones de Donetsk y Lugansk han muerto 181 personas, entre ellas 59 militares, como resultado de las acciones antiterroristas", anunció hoy el fiscal general del país, Oleg Majnitski, en rueda de prensa.

El fiscal explicó que, desde el inicio de la rebelión en el sureste rusohablante de Ucrania, los rebeldes han tomado 35 edificios oficiales.

Según medios locales, Poroshenko podría declarar el estado de guerra en las regiones rebeldes tras ser investido presidente el sábado próximo, para facilitar la labor de las fuerzas gubernamentales.

En un intento de recuperar la iniciativa, el Ejército ucraniano lanzó esta madrugada un ataque contra la irreductible localidad de Slaviansk (Donetsk) con la ayuda de varias columnas de tanques y vehículos blindados.

"En la zona de Semiónovka (en las afueras de la ciudad), varios disparos con lanzagranadas de los terroristas impactaron en nuestros blindados, que resistieron", escribió en su Facebook el ministro de Interior de Ucrania, Arsén Avákov.

Según el portavoz de la operación militar, Vladislav Selezniov, dos soldados murieron hoy en una emboscada y otros 40 resultaron heridos durante el ataque a Slaviansk.

La aviación y las fuerzas ucranianas también destruyeron un campamento y varios puestos de control y fortificaciones erigidas por los rebeldes en Lugansk y Donetsk.

Avákov ha pedido a los habitantes de Slaviansk y de las vecinas Kramatorsk y Krasni Limán que no salgan de sus casas para que su vida no corra riesgo y que "no se acerquen a las posiciones donde se concentran los terroristas".

Por su parte, el líder de la autoproclamada república popular de Lugansk, Valeri Bolótov, llamó hoy a la movilización general en el territorio bajo control separatista para hacer frente a las fuerzas leales a Kiev.

"Nos dirigimos a toda la población masculina de la república, especialmente a los mineros. Enrolaos en la resistencia, participad en la guerra partisana. Nadie conoce mejor que vosotros el lugar donde vivís. Eso nos da una gran ventaja sobre nuestros enemigos", dijo.

Los rebeldes han vuelto a rodear la comandancia de la guardia fronteriza no lejos de la frontera rusa, donde ayer murieron cinco milicianos al intentar asaltar la unidad, por lo que un nuevo ataque podría ser inminente, según medios locales.

Los insurgentes informaron hoy de que ocho personas murieron ayer en el edificio del Gobierno regional en Lugansk debido a un bombardeo aéreo, lo que ha sido confirmado por los observadores de la OSCE, según informó la agencia rusa ITAR-TASS.

No obstante, las autoridades mantienen que lo que sucedió fue la explosión accidental de un proyectil que los milicianos intentaban lanzar desde tierra para derribar un caza ucraniano que sobrevolaba la ciudad.

Poroshenko, quien ganó en la primera vuelta las elecciones presidenciales del 25 de mayo pasado, viajó hoy a Varsovia para reunirse el miércoles con Obama y con el presidente de Polonia, Bronislaw Komorowski.

El nuevo líder ucraniano abordará con Obama la marcha de la operación contra los sublevados y le expondrá sus planes de reforma política y administrativa y los problemas estructurales de la alicaída economía nacional, muy necesitada de ayuda financiera exterior.

Washington apoyó desde un principio la ofensiva contra los bastiones prorrusos en Ucrania, al tiempo que acusa a Rusia de hacer la vista gorda al suministro de armas a los separatistas.

Poroshenko está a favor de la integración de Ucrania en las instituciones occidentales, para lo que tiene intención de firmar en breve un Acuerdo de Asociación con la Unión Europea, que fue rechazado por el depuesto presidente Víktor Yanukóvich.

El vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, asistirá el sábado a la ceremonia de investidura de Poroshenko en la plaza de la Independencia de Kiev, núcleo de la resistencia contra Yanukóvich.