El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, prometió "castigar" cualquier negligencia en el escándalo sobre los retrasos en tratamientos a veteranos que podrían haber causado 40 muertes en Phoenix (Arizona), un caso que han empañado la reputación del Departamento de Asuntos de Veteranos.

"Una vez que sepamos los hechos, les aseguro que si hay negligencias, serán castigadas", dijo Obama en una declaración a la prensa en la que anunció que las dos investigaciones abiertas por su Gobierno al respecto se completarán a lo largo del próximo mes.

"Si estas acusaciones resultan ser ciertas, es algo deshonroso, es algo vergonzoso, y no lo toleraré; punto", agregó Obama tras reunirse en el Despacho Oval de la Casa Blanca con el secretario de Asuntos de Veteranos, Eric Shinseki.

Según las acusaciones surgidas en las últimas semanas, el personal del centro médico del Departamento de Veteranos en Phoenix mantenía una lista secreta de pacientes que esperaban que les dieran una cita para ocultar los retrasos, algo que ha salido a la luz a raíz de la muerte de unos 40 veteranos.

"Cuando escucho estas acusaciones de negligencia -cualquier negligencia, ya sean las acusaciones de personal de Asuntos de Veteranos ocultando largas listas de espera o manipulando los registros- no lo toleraré, ni como comandante en jefe ni como estadounidense", sentenció Obama.

No obstante, el presidente subrayó que aún es pronto para saber si el problema es "sistémico" o si se trata de un "episodio" limitado al hospital en Phoenix, donde algunos empleados ya han sido dados de baja administrativa mientras continúan las investigaciones sobre el escándalo.

Recordó que el problema de las largas listas de espera para tratamiento de veteranos "no es nuevo", y que se ha agravado con el cierre de las guerras en Irak y Afganistán y el envejecimiento de la generación conocida como "baby boom".

"Ha puesto su alma y su corazón"

También defendió a Shinseki, a quien buena parte del Partido Republicano pide dimitir a raíz del escándalo, y que está llevando a cabo una investigación de todas las instalaciones médicas de Asuntos de Veteranos en el país.

"Él mismo es un veterano discapacitado y a nadie le preocupan más los veteranos que a Ric Shinseki", aseguró Obama. "Ha puesto su alma y su corazón en este trabajo y se lo ha tomado muy en serio", agregó.

El presidente afirmó, no obstante, que la responsabilidad última por el escándalo recae sobre él "como presidente y comandante en jefe".

Obama ha encargado a Rob Nabors, "número dos" del jefe de gabinete de la Casa Blanca, que revise la política de salud del departamento que dirige Shinseki, y hoy mismo ese funcionario parte para Phoenix para visitar el hospital implicado.

La Cámara Baja de Estados Unidos prevé votar hoy una ley que daría a Shinseki más autoridad para despedir o rebajar de puesto a algunos de sus altos cargos, y el presidente de ese hemiciclo, el republicano John Boehner, urgió hoy a Obama a firmarla.

Otro miembro destacado del ala republicana, el senador John McCain, tachó hoy de "completamente insuficientes" las declaraciones de Obama y pidió "soluciones" concretas al problema "sistémico" en el organismo de salud de los veteranos.