Las presidentas de Argentina, Cristina Fernández, y de Chile, Michelle Bachelet, dieron este lunes en Buenos Aires un nuevo empujón a las relaciones bilaterales con el anuncio de dos importantes proyectos de infraestructuras y su compromiso de agilizar la solución de temas pendientes.

Tras la presidencia de Sebastián Piñera en Chile, en la que las relaciones con la vecina Argentina perdieron peso, Fernández y Bachelet demostraron su buena sintonía y coincidieron en su intención de acelerar el impulso de los asuntos bilaterales.

"La relación con Argentina es prioritaria para nuestro país, es una nación hermana y hay que reimpulsar la agenda a la que nos comprometimos años atrás", resumió Bachelet, que eligió Argentina para la primera visita de Estado de su segundo mandato (el anterior fue el del periodo 2006-2010).

Ambas subrayaron su apuesta por duplicar las conexiones con dos proyectos, contenidos en el Tratado de Maipú, el más ambicioso suscrito entre ambos países, que requerirán de financiación internacional.

"Es clave para nosotros mejorar la conectividad" para "dar una vuelta inmensa a costos y competitividad", subrayó Fernández en una rueda de prensa conjunta tras recibir a Bachelet.

Es necesario duplicar la conexión "durante todo el año", apuntó Bachelet, en alusión a los problemas que plantean los pasos existentes durante las nevadas de invierno.

El proyecto incluye un paso para el ferrocarril en el Aconcagua y otro en Aguas Negras, incluidos en el Tratado de Maipú de Integración y Cooperación (2009), que apuesta también por reforzar la coordinación entre autoridades locales para mejorar las infraestructuras en energía y comunicaciones.

Para Cristina Fernández no se trata únicamente del tránsito de personas o de mercancías sino de "llevar tecnología, ciencia, progreso, de generar trabajo".

"Es un desafío que nos hemos puesto como meta, la conectividad entre ambos países", insistió Fernández, que admitió que hay temas de interés bilateral "trabados" en esferas ajenas al Ejecutivo porque "en Chile y Argentina hay separación de poderes".

"Cuando hay un inconveniente en el ámbito del poder Ejecutivo, que se conecte directamente con nosotras, las presidentas; de presidente a presidente es más fácil destrabar conflictos", agregó.

"Qué voy a contarles, la burocracia es algo global, no es bilateral", añadió la mandataria argentina.

Sin embargo, "el poder judicial es una cosa que no podemos resolver nosotras, pero trataremos de informar a quienes ejercen esta potestad para poder resolver los temas pendientes, sobre todo aquellos de carácter económico", matizó.

Entre los temas pendientes figura el contencioso de la aerolínea LAN Chile en Argentina, después de que se planteara su salida del aeropuerto de Buenos Aires.

"No recibí ninguna petición de LAN Chile de que hiciera ninguna gestión al respeto y está en el campo donde debe resolverse, en la Justicia", señaló Bachelet.

"Hay abierta una cuestión judicial. Si es judicial, hay que preguntarle a la Justicia", zanjó Fernández.

Otro de los asuntos que pueden causar fricción entre Santiago y Buenos Aires es el destino del exguerrillero chileno Sergio Apablaza, que ha recibido asilo político en Argentina pese a ser reclamado por los tribunales chilenos.

En el caso Apablaza, "vamos a seguir los cauces institucionales", coincidieron las mandatarias.

Ambas se refirieron también, a preguntas de la prensa, a la cuestión del narcotráfico para subrayar la necesidad de establecer políticas internacionales conjuntas.

"No basta solo con que dos países se unan, debemos seguir empujando con mucha fuerza la agenda de Unasur porque se requieren protocolos comunes", opinó Bachelet.

"Hay que ser realistas, ni Chile ni Argentina son países productores de droga", afirmó Fernández, para quien "si los países que producen la droga y la consumen no respetan los protocolos, es ficción o hipocresía hablar de un tema para meterlo en la agenda mediática de un gobierno".

"Es un problema global, mundial, y hay que discutirlo desde otra perspectiva", zanjó la presidenta argentina.

La visita de Bachelet ha sellado el relanzamiento de las relaciones bilaterales tras la gestión de Piñera que, según Cristina Fernández, "tenía otras urgencias, otras políticas públicas".

"Yo siempre he dicho que íbamos a reimpulsar las relaciones", agregó Fernández, que aclaró que mantuvo "muy buena relación" con el expresidente chileno, quien le parece "muy simpático".