Los empleados del Metro de Londres iniciaron esta noche una huelga de 48 horas en protesta por el cierre de las taquillas, que amenaza con colapsar una ciudad donde tres millones de personas usan a diario ese medio de transporte.

La línea de metro Central, que conecta el centro de Londres con el parque olímpico de Stratford (este) y es una de las más concurridas, estará inactiva en el centro de la ciudad, igual que la "Waterloo & City Line", la más corta, que transporta pasajeros desde el Big Ben hasta la City (área financiera).

El resto de líneas que cruzan la capital británica por el subsuelo -como la Bakerloo, la Victoria, la Norte o la Picadilly- ofrecerán un servicio reducido, con frecuencias de entre 6 y 12 minutos y sin que el metro pare en todas las estaciones.

Hasta el último momento se intentó desconvocar el paro que comenzó esta noche a las 20.00 GMT, pero fracasaron las negociaciones de urgencia celebradas este lunes entre el Sindicato Ferroviario, Marítimo y del Transporte (RMT, siglas en inglés) y la compañía London Underground (LU).

Se trata de una de las huelgas más conflictivas en la capital británica, con ocho millones de habitantes y que coincidirá además con la vuelta de la semifinal de la Liga de Campeones de fútbol entre el Chelsea y el Atlético de Madrid, que se disputa el miércoles a las 18.45 GMT en el estadio londinense de Stamford Bridge.

Los servicios mínimos planificados garantizan únicamente cinco trenes a la hora en la parada de metro más cercana al estadio del Chelsea, insuficiente para garantizar el transporte a los cerca de 42.000 seguidores que asistirán al encuentro.

Este paro fue convocado por el sindicato RMT en respuesta al cierre planeado por parte de LU de 260 oficinas de venta de billetes y la supresión de 950 puestos de trabajo en 2015.

El RMT ha convocado una segunda huelga de 48 horas para la próxima semana.

El secretario general en funciones del RMT, Mick Cash, ha insistido en que es "esencial" mantener la promesa que se les hizo de revisar los recortes y los cierres en las estaciones, pero que LU no ha querido "ceder ni una pulgada" en su determinación de cerrar las oficinas de billetes.

"Nada de lo que proponen es para 'modernizar' el servicio. Los planes de cerrar las taquillas y eliminar casi mil empleos críticos para la seguridad responden únicamente a los recortes impuestos a nivel central por el Gobierno de David Cameron y ejecutados por (el alcalde de Londres) Boris Johnson", dijo Cash.

El servicio de arbitraje Acas se ha puesto a disposición de las partes para volver en cualquier momento a la mesa de negociaciones.

Sin embargo, LU insiste en que apenas el 3 % de los billetes de tren se venden en las ventanillas, ya que casi todos los usuarios utilizan la tarjeta electrónica "Oyster", que cargan en las máquinas de las estaciones o de manera automática a su tarjeta de crédito.

Johnson, por su parte, dijo que la huelga "no tiene sentido" y pidió al sindicato que la cancele, mientras que hace unos días el primer ministro británico, David Cameron, llegó a calificarla de "injustificada e inaceptable".

El metro de Londres da servicio a más de tres millones de pasajeros diariamente en sus 275 estaciones y sus 408 kilómetros de vías, lo que lo convierte en el tercero más extenso del mundo, después de los de Seúl y Shanghái (China).

Gestionado por la empresa pública Transport for London (TfL) aunque con el servicio de mantenimiento privatizado, este suburbano es uno de los más caros del mundo, ya que un billete sencillo de zona 1 (el centro de una ciudad que está dividida en seis zonas) cuesta 4,70 libras (5,6 euros).