Al menos cinco personas murieron y cuatro están desaparecidas en Japón por el paso hoy del potente tifón "Roke", que obligó a evacuar a más de 16.000 personas, condujo a la cancelación de más de 600 vuelos y dejó 500.000 viviendas sin electricidad.

Apenas quince días después de que otro tifón, el "Talas", causara un centenar de muertos y daños millonarios, Japón volvió a decretar hoy la alerta en casi todo el país por la llegada del "Roke", con lluvias torrenciales y vientos de hasta 216 kilómetros por hora.

El tifón tocó tierra a las 14.00 hora local (05.00 GMT) en la provincia de Shizuoka, al sur de Tokio, donde causó cortes de electricidad en más de 300.000 viviendas, según la televisión pública NHK.

Desde allí continuó su trayectoria hacia el noreste a una velocidad de 45 kilómetros por hora y llegó hacia las 18.00 hora local (09.00 GMT) a Tokio, con vientos huracanados y precipitaciones que obligaron a suspender buena parte del servicio de tren y metro, principal arteria de transporte de la metrópolis.

En lugares como la céntrica estación de Shibuya o la concurrida Ikebukuro se veían filas interminables ante las paradas de autobuses y taxis, mientras muchos tokiotas se resignaban a hacer largos trayectos a pie a pesar del viento y la lluvia.

En las estaciones ferroviarias se aglomeraron miles de personas a la espera de la reanudación de los servicios, en escenas que en algunos momentos recordaron, por las largas y resignadas esperas, a las vividas la noche del gran terremoto del 11 de marzo.

El servicio de "shinkansen" (tren bala) entre Tokio y Osaka permaneció varias horas suspendido, y a última hora de la tarde el tramo entre la ciudad de Nagoya y la capital estaba aún paralizado, lo que supuso la cancelación de un centenar de trenes.

También se suspendieron 603 vuelos, buena parte de ellos con llegada o partida del aeropuerto tokiota de Haneda, que detuvo prácticamente todas sus operaciones por los vientos huracanados del tifón.

Según NHK, las cancelaciones en los transportes podrían aumentar a medida que el tifón continúa su trayecto hacia el noreste del archipiélago, donde las precauciones se han extremado especialmente en la maltrecha central nuclear de Fukushima Daiichi.

Está previsto que los efectos del "Roke" se dejen sentir a primera hora de la noche en la planta, por lo que durante la jornada de hoy los trabajadores levantaron barricadas con sacos de arena en torno a las unidades dañadas y amarraron con cuerdas las bombas y las tuberías utilizadas para inyectar agua.

Se espera que en la zona caigan hasta 250 milímetros de lluvia, aunque Tokyo Electric Power (TEPCO), operadora de la central, ha asegurado que no hay riesgo de que el agua radiactiva que se acumula en los edificios de turbinas se llegue a desbordar, informó NHK.

Hasta el momento, el "Roke" ha dejado cinco muertos y cuatro desaparecidos en distintas provincias del centro y sur del país y ha causado medio centenar de heridos, la mayoría debidos al viento, además de provocar cortes de luz en numerosas localidades.

En la provincia de Aichi obligó a evacuar a más de 14.000 personas y a varios cientos en otras localidades del centro del país, mientras que desde ayer las autoridades han recomendado a más de un millón que dejen sus casas por encontrarse en lugares de riesgo.

La alerta por el tifón detuvo la producción de numerosas fábricas en Aichi, ente ellas las de grupos como Toyota o el industrial Mitsubishi Heavy.

El gigante del motor cerró temporalmente once de sus centros, incluidas dos plantas de ensamblaje, mientras que Mitsubishi Heavy paralizó media docena de sus fábricas en la zona e instó a los empleados a permanecer en sus casas.

En Okinawa (sur), la refinería Nansei Sekiyu, propiedad de la brasileña Petrobras y que produce unos 100.000 barriles diarios, reanudó tras el paso del tifón sus operaciones marinas después de varios días detenidas como medida de prevención, según un portavoz del grupo.