El Gobierno chileno y los estudiantes acordaron hoy iniciar el miércoles una mesa de trabajo con la gratuidad como primer tema, tras una nueva jornada de manifestaciones masivas que terminó con el anuncio de que el presupuesto para educación aumentará un 7,2 % en 2012.

El ministro de Educación, Felipe Bulnes, se reunió con representantes de los estudiantes universitarios y secundarios y del Colegio de Profesores para tratar de entablar un diálogo que permita terminar con este conflicto, que dura ya cuatro meses.

La cita se produjo apenas tres horas después de que los estudiantes protagonizaron una multitudinaria marcha en la capital y poco antes de que el presidente, Sebastián Piñera, anunciara que el presupuesto de educación para 2012 aumentará un 7,2 %, hasta los 11.650 millones de dólares.

"Fue una reunión compleja, que al final terminó con un buen paso que es tener una próxima reunión, ya de trabajo, el próximo miércoles", declaró Bulnes, quien precisó que el primer asunto a discutir será la gratuidad de la educación.

Esa es una de las principales demandas de los estudiantes, pero hasta ahora el Gobierno ha visto con recelo avanzar hacia la gratuidad total y argumenta que no sería justo que quienes pueden pagar por la educación no lo hagan.

"Para el Gobierno hablar de gratuidad significará tratar todos los temas que convenimos con los propios estudiantes, el tema de becas, el tema de aporte a las universidades", apuntó Bulnes.

Con la reunión de hoy se retomó el diálogo que había quedado en suspenso desde la cita con estudiantes y profesores que el pasado 3 de septiembre encabezó el presidente Piñera.

Este encuentro fue posible después de que los universitarios aceptaron el pasado martes sentarse a dialogar con el Gobierno, pero sin deponer las movilizaciones ni regresar a las clases, punto este último por el que el Ejecutivo había abogado.

"Lamentablemente, al iniciar las conversaciones nos encontramos con varias trabas. Se puso en una primera instancia como condición el regreso a clases", declaró la presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, Camila Vallejo.

Sin embargo, universitarios y secundarios ratificaron que no regresarán a las aulas hasta que no haya una solución concreta en esa primera mesa de trabajo y, a su vez, Bulnes recalcó que si no vuelven a clases, el Gobierno no accederá a reprogramar el año académico.

Esta misma postura defendió el ministro en la reunión que sostuvo horas antes con el Consejo de Rectores, quienes pidieron a los alumnos que retornen a las clases y al Ejecutivo, que extienda el plazo de cierre del primer semestre, fijado para el 7 de octubre, hasta fines de ese mes.

Los estudiantes, como han sostenido reiteradamente, tampoco depondrán las movilizaciones, y hoy volvieron a salir a las calles en varias ciudades del país.

En Santiago, cerca de 90.000 personas, según los convocantes, participaron en una marcha que transcurrió de forma pacífica pero que, como en ocasiones anteriores, finalizó con enfrentamientos entre la policía y grupos de encapuchados.

Los altercados comenzaron cuando al término de la marcha los estudiantes siguieron avanzando porque, al parecer, desconocían el punto donde debía acabar la movilización, y Carabineros empleó chorros de agua y gases lacrimógenos para dispersarlos.

Los disturbios dejaron 114 detenidos, diez carabineros lesionados y cuatro civiles heridos, entre ellos un cámara de televisión, según el balance de la gobernadora de la Región Metropolitana, Cecilia Pérez.

Grupos de encapuchados también destrozaron mobiliario urbano, incendiaron un automóvil y saquearon un supermercado.