La represión gubernamental en Siria ha causado al menos 2.600 muertos, reveló hoy la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay.

"De acuerdo con fuentes confiables en el terreno, el número de los asesinados en ese país desde el inicio de las manifestaciones, a mediados de marzo, ha alcanzado al menos los 2.600", dijo en la sesión inaugural del Consejo de Derechos Humanos.

Las protestas civiles contra el régimen de Bachar Al Asad ya duran seis meses en Siria, a donde se impide la entrada de observadores de derechos humanos y de la prensa internacional.

Al referirse a la situación de Siria, la responsable de derechos humanos de la ONU abogó por un esfuerzo internacional destinado a proteger a los civiles en situaciones de violencia.

Pillay mencionó en su discurso las informaciones "extremadamente alarmantes" que provienen de Libia y que dan cuenta de "violaciones brutales, incluidas ejecuciones sumarias y desapariciones".

Agregó que la situación de los inmigrantes de origen africano en este último país es otro motivo de preocupación, debido a que suelen ser tomados por mercenarios contratados por Muamar el Gadafi para enfrentarse a la población civil.

"En situaciones de transición o de protestas debe haber contención" y "por eso llamo a quienes tienen autoridad a que actúen para prevenir los actos criminales o de venganza", señaló Pillay.