El primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, cosechó ayer una severa derrota política al perder uno de sus feudos tradicionales como Milán, donde el centroizquierda se impuso en la segunda vuelta de las elecciones municipales celebradas en el país.

La pérdida de la alcaldía de la capital lombarda por parte de su partido, el Pueblo de la Libertad (PDL), tras 18 años de ser detentada por el centroderecha se sumó a la incapacidad de la formación para imponerse en ciudades como Trieste y Cagliari, así como la aplastante derrota encajada en la ciudad de Nápoles.

Se trata de un duro revés para el mandatario, quien planteó estas elecciones como un plebiscito para su Gobierno y advirtió a los electores de que si ganaba la izquierda, Milán se convertiría en "un gitanópolis islámica" o en "un Stalingrado de Italia".

Pese al golpe, Berlusconi aseguró desde Bucarest (Rumanía), donde se encuentra en viaje oficial, que la mayoría gubernamental está cohesionada y decidida a seguir adelante.

"Hemos perdido, eso es evidente. No existe otro camino que el de permanecer tranquilos y seguir. La mayoría está cohesionada y determinada a llevar a cabo las reformas", manifestó Berlusconi en declaraciones recogidas por los medios italianos.

Asimismo, Berlusconi explicó que, tras conocer los resultados de los comicios, había hablado con su socio en el Gobierno, el líder de la Liga Norte, Umberto Bossi, quien le ha asegurado que sigue contando con su apoyo.

El apoyo de Bossi esgrimido por Berlusconi fue confirmado además por el ministro del Interior y dirigente de la Liga Norte, Roberto Maroni, al asegurar que la continuidad del Gobierno italiano "no está en riesgo".

Y es que las relaciones entre Berlusconi y sus socios en el Gobierno atraviesan una situación delicada como evidenciaron las declaraciones de los últimos días de Bossi: "Antes el PDL ganaba votos con la Liga, ahora la Liga pierde votos con el PDL".

Fiel al estilo mostrado durante la campaña electoral, el jefe del Ejecutivo italiano comentó además que cada vez que sufre una derrota logra "triplicar sus fuerzas", consideró que no tiene la culpa de lo sucedido y declaró que ahora "los milaneses deben rezar a Dios para que no les pase algo malo".

No dimitirá

Berlusconi desestimó además la posibilidad de dimitir, como se le ha sugerido desde la oposición, en especial desde el Partido Demócrata (PD), cuyo secretario general, Pierluigi Bersani, aseveró hoy que el jefe del Gobierno "no tiene capacidad" para gobernar.

Bersani agregó también que "el matrimonio" entre la Liga y el PDL está en "profunda crisis", señaló discordancias entre ambas formaciones y destacó que en estas elecciones municipales el centroizquierda se ha adjudicado un total de 66 ciudades frente a las 55 de 2006, cuando, según el dirigente progresista, esta fuerza política había obtenido sus mejores resultados.

El secretario general del PD se refirió así a los datos registrados hoy en la capital lombarda, donde la alcaldesa saliente, Letizia Moratti, candidata del PDL, obtuvo 44,89 % de los votos frente al 55,1 % logrado por el candidato del centroizquierda, Giuliano Pisapia, del PD.

En Nápoles, la otra gran plaza que se decidía en esta segunda vuelta, las cosas no fueron mejores para el partido de Berlusconi, pues su candidato Gianni Lettieri, obtuvo un 34,62 % de los sufragios frente al 65,37 % del candidato del opositor IDV, el ex juez Luigi De Magistris.

Sobre esta victoria, Berlusconi aseguró que en Nápoles "se arrepentirán mucho" de haber votado a De Magistris, a cuya arrolladora victoria contribuyó el voto de los electores del PD.

Esta formación, el PD, quedó excluida de la carrera por la alcaldía en la primera vuelta, celebrada los pasados días 15 y 16 de mayo, tras 15 años de gobierno de centroizquierda en la ciudad.

Un descalabro para la fuerza progresista en el que pesaron los numerosos escándalos de corrupción internos y su mala gestión de las crisis de las basuras que han azotado la ciudad durante los últimos años.

Los resultados adversos de hoy para el jefe del Gobierno italiano se suman a los registrados en la primera vuelta de estas elecciones municipales parciales italianas, donde se renovaban 1.315 ayuntamientos y 11 diputaciones provinciales, y que dieron las alcaldías de otras ciudades importantes y ricas del norte del país como Bolonia y Turín al centroizquierda.