El presidente estadounidense, Barack Obama, y el primer ministro británico, David Cameron, expresaron hoy su compromiso de "incrementar la presión" en Libia para forzar la salida del poder del coronel Muamar el Gadafi.

"El presidente y yo hemos estado de acuerdo en que deberíamos incrementar la presión en Libia. El régimen está bajo presión y es algo que se ve en que los rebeldes han liberado buena parte de Misrata y en su éxito en otras partes del país", dijo Cameron.

En conferencia de prensa en Londres junto a Obama, durante la segunda jornada de la visita de Estado del inquilino de la Casa Blanca, el primer ministro aseguró que el Reino Unido "mirará a todas las opciones para aumentar esa presión, siempre dentro de los términos de la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU".

Cameron no entró en detalles sobre las opciones que considera su Gobierno, que según los medios británicos está estudiando el envío de helicópteros de combate Apache al país norteafricano, y subrayó que el objetivo sigue siendo "proteger al pueblo libio".

"Nadie está hablando de cambio de régimen", aseguró el líder conservador británico, un término que también rechazó el mandatario estadounidense, quien insistió en que Gadafi debe dejar el poder.

"Continuaremos las operaciones hasta que cesen los ataques de Gadafi contra los civiles. El tiempo corre en contra de Gadafi, que debe dejar el poder y dejar Libia al pueblo libio", dijo Obama.

"Seguiremos oponiéndonos con fuerza al uso de la violencia contra de los manifestantes y a cualquier esfuerzo para silenciar a aquellos que anhelan la libertad, la dignidad y los derechos humanos básicos", agregó el presidente estadounidense.

Obama descartó el envío de tropas de tierra a Libia -"David y yo estamos de acuerdo en que no se pueden poner botas sobre el terreno"- para hacer frente al régimen de Gadafi y afirmó que "no hay plazos artificiales" para poner fin a la misión de la OTAN.

No obstante, expresó su convencimiento en que con la misión de la OTAN se ha creado "el impulso suficiente para que inevitablemente Gadafi se vea obligado a abandonar el poder".

Obama advirtió de que va a ser un "proceso lento pero seguro" y consideró que la misión internacional ha servido para "evitar muertes de civiles", un mensaje que deber servir para recordar que "a veces hay que ser más paciente de lo que quisiera la gente".

Cameron hizo un paralelismo entre el momento político que se vive en países de Oriente Medio y el norte de África con los años posteriores al final de la Guerra Fría, y aseguro sentir "la misma pasión por extender la libertad que tuvieron nuestros antecesores".

El primer ministro consideró, sin embargo, que "el idealismo sin realismo no le hace bien a nadie" e instó a aprender de las lecciones de la historia, en el sentido de que "la democracia se construye desde la base" y con un sentido de la "paciencia".

Sobre Afganistán, Cameron hizo un llamamiento a los talibanes para que se desmarquen definitivamente de la red Al Qaeda si quieren formar parte de un acuerdo político duradero en el país y felicitó a EEUU por la operación que acabó con la vida de Osama bin Laden.

"Fue un golpe directo al corazón del terrorismo internacional", afirmó el primer ministro, que calificó de "vital" el próximo año en el país asiático, en un momento en que las tropas estadounidenses y británicas "han detenido el avance de la insurgencia".

"Ahora es el momento de incrementar nuestros esfuerzos y alcanzar un acuerdo político (...). Hemos acordado darle a este asunto la mayor prioridad en los meses venideros", dijo Cameron.