La cadena de televisión Fox ha sacado a la luz nuevos detalles en torno a la supuesta agresión sexual de del ex director gerente del FMI Dominique Strauss-Kahn a la camarera de un hotel de Nueva York.

Según Fox, que también publica la información en su sitio web, el presunto agresor preguntó repetidamente a la camarera: "¿No sabes quien soy? y ella, según un informe policial al que el medio dice que tuvo acceso, respondió: "Por favor, por favor, pare. No".

La cadena señala que mientras eso ocurría, el político francés empujó a la mujer hacia la cama y que ella le pidió: "Por favor pare. Necesito mi trabajo, no puedo perderlo. No lo haga. Perderé mi trabajo. Por favor pare".

Strauss-Kahn, según las fuentes mencionadas por ese medio, le habría dicho que no se preocupara, que no perdería su trabajo, al tiempo que la arrastró por el pasillo y la obligó a practicarle una felación.

Otros medios como el Daily News de Nueva York se refieren a la reputación de mujeriego del político francés y que en una ocasión la persona responsable de un programa de radio le recibió ataviada con un "burka" para gastarle una broma sobre sus aventuras amorosas, a lo que DSK reaccionó agriamente.

Ese diario neoyorquino describe que ese episodio forma parte del relato que los autores de la broma hicieron a la periodista estadounidense Elaine Sciolino para su libro "La Seduction", sobre la vida y comportamiento amoroso, en general, de los franceses.

Ofertas de dinero

Por otro lado, amigos de DSK han contactado con familiares de la mujer que le acusó de supuesta agresión sexual e intento de violación para ofrecerles dinero y así cerrar el caso, asegura hoy el diario The New York Post.

"Ya han hablado con la familia de ella", dice el Post, que cita a "una empresaria francesa cercana a Strauss-Kahn y su familia", quien también consideró que "seguro que todo acaba de forma tranquila".

La misma fuente señaló que DSK, como es también conocido el político francés, "saldrá de la cárcel. No estará mucho y la mujer conseguirá mucho dinero", agrega el periódico, y precisa que su fuente le reveló que se manejan "cifras de siete números".

Strauss-Kahn, de 62 años, socialista y casado con la periodista Anne Sinclair, fue detenido el 14 de mayo tras haber sido acusado por una empleada de la limpieza de un lujoso hotel neoyorquino de presunto abuso sexual e intento de violación.

El pasado 19 de mayo un gran jurado lo acusó formalmente de siete delitos relacionados con esos cargos y aunque la Fiscalía se opuso a que se le concediera la libertad bajo fianza y el arresto domiciliario, el juez la decretó al día siguiente bajo condiciones restrictivas.

Un millón de fianza y pulsera electrónica

Strauss-Kahn, cuya defensa ha dejado entrever en filtraciones a la prensa que podría declarase no culpable en la vista judicial que tendrá lugar el 6 de junio, ha tenido que pagar un millón de dólares y depositar un aval bancario por otros cinco.

Además, debe llevar una pulsera electrónica y estar vigilado todo el día y custodiado por un guardia armado, a su propio coste, que se estima en unos 200.000 dólares mensuales.

De su presunta víctima se conocen pocos detalles, salvo que es guineana, musulmana y tiene 32 años. Esta mujer, viuda y madre de una chica de 15 años, llegó hace siete a Estados Unidos acogida a un programa de asilados y vive en El Bronx.

En su declaración ante el gran jurado la pasada semana, negó categóricamente que hubiera habido relación sexual consentida con su agresor y sigue bajo la custodia de la Fiscalía de Nueva York.

El Post indicó que la fiscalía de Nueva York ha señalado a los familiares de la mujer que residen en esta ciudad que no pueden tener contacto alguno, ni siquiera llamadas, de personas relacionadas con Strauss-Kahn o su entorno.

En las últimas horas también se ha desatado la polémica en torno a lo publicado por diversos medios sobre si los servicios de investigación forense han encontrado o no restos de ADN de Strauss-Kahn en la ropa de la denunciante, lo que podría probar si hubo o no contacto sexual.

Las autoridades policiales neoyorquinas, al igual que la Fiscalía, declinaron por su parte realizar comentarios al respecto.