Los trabajadores de la central de Fukushima-1 han entrado este jueves por primera vez en el último de los tres complejos de reactores afectados por fusiones de combustible nuclear a raíz del terremoto y posterior tsunami del pasado 11 de marzo, según ha informado la empresa eléctrica que opera la planta, TEPCO.

Con equipos protectores y bombonas de oxígeno, los empleados iniciaron las inspecciones en el reactor número 3, al que nadie había entrado desde que el terremoto y el tsunami desataron fusiones y una explosión de hidrógeno que voló el techo del edificio de dicho reactor.

TEPCO está avanzando con el trabajo en los complejos para instalar un sistema de refrigeración que estabilice los reactores, aunque los altos niveles de radiación y las difíciles condiciones en el sitio han obstaculizado sus esfuerzos.

Uno de los trabajadores que entró el miércoles en el reactor número 2, donde las temperaturas alcanzaron los 40 grados, fue tratado por un aparente golpe de calor, según la compañía.

La semana pasada, TEPCO comunicó que sospechaba que se habían desarrollado grandes filtraciones en las tres vasijas de presión de los reactores, aunque prometió respetar un plazo para estabilizar la central de Fukushima-1 antes de enero.

Algunos expertos nucleares creen que el objetivo es exagerado, sobre todo debido a que la compañía también está luchando por contener una creciente piscina de agua radioactiva en la planta.

Los dos empleados de TEPCO que entraron al edificio del reactor número 3 el miércoles por la noche se expusieron a menos de 3 milisieverts de radiación durante su estancia de 10 minutos, en comparación con el límite fijado por el Gobierno de 250 milisieverts por trabajador por año.

El operador ya ha enviado trabajadores a los edificios que alojan los reactores número 1 y 2, las otras dos unidades que estaban funcionando en la planta de seis reactores en el momento de la catástrofe.

Por otra parte, TEPCO divulgó dramáticas nuevas imágenes de cuando el tsunami de 14 metros comenzó a romper contra el muro rompeolas, ilustrando cómo las defensas de la planta fueron superadas por el desastre.