Dinamarca reiteró hoy que restablecerá el control de fronteras, según subrayó el ministro de Impuestos, Peter Christensen, quien considera que las críticas de la Comisión Europea (CE) por esa medida unilateral de un país firmante del Tratado de Schengen se deben a un "malentendido".

"Haremos un control de aduanas como los suecos han tenido durante años, y eso está permitido dentro de las reglas de Schengen", dijo Christensen, defendiendo el derecho de los estados nacionales a asegurarse de que se respetan sus reglas fiscales y tributarias.

La comisaria europea de Interior, Cecilia Malmstrom, ha amenazado hoy a Dinamarca con iniciar un procedimiento de infracción en su contra por sus planes de reintroducir controles aduaneros en las fronteras con Alemania y Suecia.

Previamente, la CE informó de que su presidente, José Manuel Durao Barroso, advertirá por carta al Gobierno de que la emdida que proyecta puede violar la legislación comunitaria.

La misiva, posterior a una conversación telefónica que Barroso ha mantenido hoy mismo con el primer ministro danés, Lars Loekke Rasmussen, expresará la preocupación de Bruselas por los anunciados planes de Copenhague, según indicó la portavoz europea, Pia Ahrenkilde.

Christensen dijo no sentirse preocupado porque Barroso llame a Rasmussen, pero sí porque la CE no crea que el sistema que quiere implantar Dinamarca es el mismo que funciona en Suecia.

"Lo he comprobado por mí mismo, así que no vamos a usar mucho tiempo discutiendo", dijo Christensen.

Según la CE, la diferencia es que Dinamarca habla de controles permanentes, algo que no ocurre en Suecia, aunque el ministro de Finanzas sueco, Anders Borg, calificó hoy de "buena" la idea danesa, que según Copenhague pretende combatir el crimen organizado.

La decisión danesa fue fruto de un acuerdo entre el Gobierno liberal-conservador, el ultraderechista Partido Popular Danés, su aliado desde hace una década y que le asegura la mayoría absoluta, y el diputado del Partido Cristianodemócrata.

El acuerdo se interpreta como una concesión del Gobierno a la ultraderecha en las negociaciones que mantienen para reformar el sistema de prejubilaciones y de pensiones.

El vicepresidente del Partido Popular Danés, Peter Skaarup, se mostró hoy muy crítico con la CE y animó al Gobierno a plantar batalla, considerando incluso la posibilidad de abandonar el tratado de Schengen, que establece la libre circulación de personas.

"No tenemos fantasía para imaginarnos que el Gobierno se vaya a dejar amedrentar por la CE en este punto, así que deberá convencerla o directamente suspender el acuerdo de Schengen", dijo.

Skaarup insistió en que el plan danés ha sido aprobado y entrará en vigor en el plazo previsto, que según dijo el Gobierno hace dos días sería de tres semanas, aunque no se completará hasta 2013.

La intervención de la CE está "fuera de toda proporción y es una expresión de injerencia inoportuna e inadmisible", según Skaarup.

Dinamarca tiene previsto invertir en los próximos años 270 millones de coronas danesas (unos 36 millones de euros) para reforzar sus fronteras.

La mayor parte del dinero se destinará a instalar puestos de control junto a las fronteras con Alemania y con Suecia y en los puertos, así como a aumentar el personal de aduanas.