El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, espera lograr un acuerdo con los líderes del Congreso sobre el presupuesto federal antes de esta medianoche, cuando las oficinas del Gobierno paralizarían su actividad por falta de fondos.

Obama exigió el jueves por la noche a los líderes de ambos partidos que trabajen "a contrarreloj" para evitar que las oficinas federales se vean obligadas a cerrar sus puertas a las 12.00 de la noche (04.00 GMT del sábado) y exigió un acuerdo "en las próximas horas".

"Espero poder anunciar bastante temprano mañana que hemos evitado el cierre de la Administración", indicó Obama a los periodistas tras su segunda reunión del día con el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, y el líder de la mayoría demócrata en el Senado, el demócrata Harry Reid.

El encuentro entre Obama y los líderes del Congreso fue el cuarto de esta semana y el tercero en dos días que se cerró sin acuerdo sobre el tema.

Los demócratas han propuesto recortes de 33.000 millones de dólares para hacer frente al déficit presupuestario del país, que rondará este año fiscal los 1,5 billones de dólares.

Para los republicanos, esa cantidad es insuficiente y han propuesto una nueva prórroga de dos semanas condicionada a recortes presupuestarios adicionales de 12.000 millones de dólares, algo que los demócratas y la Casa Blanca rechazan.

Si no se llega a un acuerdo este viernes, la paralización administrativa afectaría a cerca de 800.000 funcionarios federales, obligaría a cerrar los parques nacionales y detendría el proceso de devolución de impuestos por parte de la Hacienda estadounidense (Inland Revenue Service, IRS).

Aunque se mantendrían las actividades imprescindibles para "garantizar la protección de la vida y de la propiedad", es decir, las Fuerzas Armadas y los cuerpos de Policía, éstos verían interrumpido el pago de sus salarios.

El cierre del Gobierno federal no se produce desde 1996, cuando se encontraba en el poder Bill Clinton.