El peor temporal de los últimos años en Costa Rica ha dejado hasta el momento 21 fallecidos, un número indeterminado de desaparecidos, 1.400 refugiados y graves daños materiales, mientras el Gobierno mantiene la alerta roja (máxima) para la vertiente del Pacífico y el centro del país.

El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) contabiliza 20 víctimas mortales (ocho son mujeres, seis hombres y seis menores de edad) en la localidad de San Antonio de Escazú, en el sector oeste de San José, donde un deslizamiento de tierra desde un cerro sepultó un barrio.

El panorama en el sitio es desolador, ya que el barro y las rocas cubrieron caminos y sepultaron vehículos y numerosas viviendas, muchas de ellas muy humildes, por lo que las labores de rescate han sido difíciles para los socorristas, según pudo comprobar Efe.

La otra víctima mortal es un hombre que fue localizado en San Marcos de Tarrazú, unos 60 kilómetros al sureste de San José, tras haber sido arrastrado por un río junto a dos personas más que están desaparecidas, según informó a Efe una portavoz de la Cruz Roja.

Las autoridades no han revelado una cifra oficial actualizada de personas desaparecidas, pese a que más temprano se había informado de entre 15 y 30.

Unas 250 personas de los servicios de rescate reanudarán el viernes a primera hora las labores de búsqueda en el sitio, siempre que las condiciones del tiempo lo permitan.

Este es el peor temporal "en años" en Costa Rica, con lluvias que en dos días han triplicado el promedio de todo el mes de noviembre, y que se extenderá al menos hasta este viernes, indicó hoy el experto del Instituto Meteorológico Nacional (IMN) Werner Stoltz.

Desde el pasado martes, el temporal ha sido causado por un sistema de bajas presiones y como efecto indirecto de la tormenta tropical "Tomas", ambos fenómenos ubicados en el Caribe.

La presidenta costarricense, Laura Chinchilla, decretó hoy duelo nacional de dos días y, además, emergencia nacional con el fin de que instituciones estatales autónomas con superávit en sus balances (como la empresa eléctrica) trasladen parte de sus beneficios a la atención de los damnificados.

Préstamos para la reconstrucción

Chinchilla dijo que su país tiene recursos económicos suficientes para atender inmediatamente la situación, pero adelantó que acudirá a préstamos de organismos internacionales para emprender las labores de reconstrucción de infraestructuras.

La presidenta comentó que su país se enfrenta con "serias limitaciones de transporte aéreo" por lo que también valora la posibilidad de "solicitar alguna cooperación a países amigos" para rescate y ayuda humanitaria.

El embajador nicaragüense en Costa Rica, Harold Rivas, ofreció ayuda humanitaria y apoyo aéreo de su país.

El ministro costarricense de la presidencia, Marco Vargas, dijo que "toda ayuda es bienvenida", aunque aclaró que su país no ha solicitado aún cooperación internacional.

La Comisión Nacional de Emergencias (CNE) declaró la alerta máxima y ha evacuado a unas 1.400 personas hacia 27 albergues, mientras las clases en centros educativos fueron suspendidas hasta nuevo aviso en el centro del país y la vertiente del Pacífico.

Las zonas más afectadas por las lluvias son comunidades del Pacífico y el centro del país ya que se reportan inundaciones, carreteras dañadas y puentes caídos.

Unas 800.000 personas (18% de la población del país) estuvieron sin agua potable por algunas horas debido a que tuberías y acueductos se vieron afectadas, pero esta situación se ha ido normalizando, según el Gobierno.

En total, se registran daños en nueve puentes y 58 tramos de carreteras.

La comunidad de Parrita, en la provincia de Puntarenas (Pacífico central) es la más afectada por las inundaciones, ya que el río Parrita se ha desbordado, mientras en Aserrí, en el sector sur de San José, se han producido derrumbes que han afectado numerosas viviendas.