El gobierno de Estados Unidos pidió hoy perdón a Guatemala por los "abominables" experimentos en los que se infectó con sífilis y gonorrea a cerca de 700 personas durante la década de 1940, y anunció dos investigaciones sobre los hechos.

La Secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, telefoneó anoche al presidente de Guatemala, Álvaro Colom, para disculparse por el "antiético" estudio, que se desarrolló en el país entre 1946 y 1948, según confirmó en una conferencia telefónica el Secretario Adjunto para Asuntos del Hemisferio, Arturo Valenzuela.

Los experimentos, que han salido a la luz 64 años después gracias a un estudio de la investigadora de la Universidad de Wellesley Susan Reverby, estaban liderados por el Servicio de Salud Pública estadounidense y afectaron a 696 personas, la mayoría de ellos presos y pacientes de instituciones mentales.

"Lamentamos profundamente que sucediera esto y ofrecemos nuestras disculpas a todas las personas que resultaron afectadas por esas abominables prácticas de investigación", dijo hoy Clinton en un comunicado conjunto con la Secretaria de Salud, Kathleen Sebelius.

Los experimentos implicaron, en su momento, a la oficina que posteriormente se convertiría en la Organización Panamericana de la Salud (OPS), además de a los Institutos Nacionales de Salud estadounidenses (NIH) y a la Casa Blanca.

El estudio apunta a que hubo, además, "algún tipo de complicidad" por parte del Gobierno de Juan José Arévalo Bermejo (1945-1951), pero aún se desconoce el grado de la implicación, según explicó a la prensa el director del NIH, Francis Collins.

Los esfuerzos de compensación a Guatemala por parte de la administración de Barack Obama se concretarán en dos investigaciones, y dependiendo de sus conclusiones, podrán tomarse medidas adicionales, según indicó Valenzuela.

Según el estudio de Reverby, los experimentos trataban de determinar si la penicilina, utilizada para curar la sífilis, podía además prevenir que la enfermedad se extendiera por el organismo en las primeras etapas del contagio.

Sin embargo, no existe ningún tipo de informe sobre las conclusiones del experimento, aunque sí hay algunos datos personales de los pacientes y cuadros médicos que permiten determinar que hubo al menos una víctima mortal, fallecida en un ataque epiléptico.

Los sujetos se infectaban mediante visitas de prostitutas que tenían la enfermedad y por inoculación directa en su órgano sexual, y, cuando fallaban esas técnicas, se les aplicaba una inyección en la médula espinal. El equipo dirigido por el doctor John Cutler, que abandonó el estudio para continuar con otros estudios sobre la sífilis en Estados Unidos, alentaba además a los pacientes a que contagiaran a otras personas.