La séptima huelga general del año en Grecia, convocada hoy, ha paralizado el transporte público, alterado las conexiones de numerosos vuelos y reducido la atención sanitaria a las urgencias.

Las protestas responden a la reforma del sistema de pensiones que se aprobó de forma preliminar esta madrugada por mayoría en el Parlamento griego en una sesión extraordinaria, aunque hoy la Cámara refrendará la normativa artículo por artículo.

La nueva ley que fija la edad media de jubilación en 65 años fue respaldada por 159 votos, 157 de ellos de los diputados del partido gubernamental socialista PASOK y dos de los independientes, y fue rechazada por 137 legisladores y dos abstenciones de la oposición.

La reforma se incluye dentro del plan de austeridad que Grecia alcanzó con la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para obtener 110.000 millones de euros en créditos para salvar al país de la bancarrota.

El nuevo modelo eleva la edad media de jubilación hasta los 65 años, aumenta de los 35 a los 40 los años de cotización para obtener la pensión máxima, equipara la edad de jubilación femenina a la masculina, y rebaja la cuantía de las pagas en una media del 7 por ciento.

Pese a la dureza de las medidas, las encuestas difundidas por varios medios indican que la mitad de los griegos consideran la reforma necesaria para sanear las cuentas públicas.

A la convocatoria de la huelga por parte de los sindicatos mayoritarios del sector público y privado se han sumado los representantes laborales del comercio, la banca, la abogacía, los funcionarios de Hacienda y de los ministerios, y los servicios de agua, telecomunicaciones y del sector eléctrico.

Los hospitales públicos atenderán sólo los casos de urgencia debido a la participación en la huelga de los médicos y del personal sanitario.

También han sido llamados a participar en el paro los empleados de los ayuntamientos y los policías afiliados a organizaciones sindicales, mientras que los periodistas no ofrecerán información durante todo el día.