Este hombre decidió amputarse el brazo para poder sobrevivir. Su brazo quedó atrapado cuando la caldera de su casa se le cayó encima al intentar repararla.

Vivía sólo, no podía avisar a nadie y pasó tres días bebiendo el agua de la máquina hasta que notó olor a podrido. Fue entonces cuando comprendió que la única opción era cortarse el brazo.

Los equipos de emergencia se lo encontraron en el suelo, medio muerto y con el brazo a medio cortar. La amputación la han terminado en el hospital, donde ahora espera una prótesis.

El joven asegura que todavía no lo ha asimilado, pero que seguirá luchando por recuperar la vida que llevaba hasta entonces.