La Cumbre de la ONU sobre el Cambio Climático, destinada a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en el Planeta, ha sido inaugurada hoy en Copenhague por el primer ministro danés, Lars Loekke Rasmussen.

La mayor reunión jamás celebrada sobre el calentamiento global, que reúne a 15.000 personas, entre delegados de 192 países, activistas ecologistas y ONG, se propone superar la gran brecha entre países ricos y pobres para combatir los efectos de las emisiones de CO2 en las próximas décadas.

La cumbre, que comenzó con un retraso de casi una hora, fue abierta por Rasmussen quien dijo ante la sesión plenaria que el mundo confía en los participantes para lograr un acuerdo y que los líderes "no han venido a Copenhague sólo para hablar, sino para actuar".

"Necesitamos un acuerdo que satisfaga a todas las partes y que sea, además, fuerte y ambicioso", afirmó el primer ministro danés, tras recordar que vendrán a Copenhague 110 jefes de Estado y de Gobierno en lo que calificó la mayor movilización para combatir el cambio climático.

Hasta el 18 de diciembre, más de un centenar de líderes, incluido el presidente de EEUU, Barack Obama, y los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea, China, India, Brasil, Australia y otros países acudirán a esta cita para abordar la financiación de la mitigación del cambio climático.

Casi nadie cuenta con que la cumbre concluya con un documento jurídicamente vinculante sobre la reducción de emisiones, como han exigido los más afectados por las devastadoras consecuencias del calentamiento global.

Un compromiso vinculante para reducir hasta el 40% de las emisiones hasta 2020 quedará aplazado hasta mediados del año próximo, según los organizadores de Naciones Unidas.

China y Estados Unidos, los dos países más contaminantes del mundo, con un 40% de las emisiones de CO2, acuden a Copenhague con una propuesta de recortar la contaminación, al igual que Indonesia y Brasil.

La Unión Europea quiere rebajar las emisiones en un 20% hasta 2020, frente a los valores de 1990, porcentaje que podrían aumentar al 30% si los demás países mejoran su oferta.

Las energías renovables, que la UE ofrece ampliar a un 20% hasta el año 2020, serán también examinadas por los delegaciones como alternativa a los combustibles fósiles.

Consenso negociado

Para que Copenhague sea un éxito, movimientos ecologistas como Greenpeace piden "un acuerdo justo, vinculante y ambicioso con el compromiso de que los países industrializados recorten las emisiones en un 40% hasta 2020 frente al nivel de 1990", además de poner fin a la deforestación tropical hasta esa fecha.

La enorme brecha entre los países industrializados y en desarrollo para frenar el calentamiento global y negociar una reducción de las emisiones de CO2 en la atmósfera es el principal escollo de este encuentro.

Las cantidades multimillonarias anuales que deberían aportar las naciones ricas a las pobres para paliar las devastadoras consecuencias del calentamiento global, cuyos efectos ya son visibles, han sido rebajadas por de Boer y otros expertos a 10.000 millones de dólares al año.

Esta propuesta es una cifra "modesta" pero es un inicio y es importante como "señal de confianza" hacia los países emergentes que no han causado los problemas del cambio climático, comentó a Efe Kandeh Yumkella, director general de la ONUDI, la organización de ayuda industrial de la ONU.

A su vez, las naciones en desarrollo y emergentes, como China, exigen unos de 400.000 millones de dólares hasta el año 2020 para adaptarse al cambio climático y serán clave en esta cumbre, dado su creciente apetito por la energía en las próximas décadas.