El Ejército israelí intensificó ayer sus bombardeos en la capital de Gaza, tras 20 días de ataques a la franja y abrió fuego contra la sede de la agencia de la ONU para los Refugiados (UNRWA), un hospital de la Media Luna Roja Palestina y una sede de la prensa internacional.

Los bombardeos, que levantaron grandes columnas de humo sobre la capital, se produjeron cuando estaba de visita en la zona el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, quien expresó su indignación, calificó de "inaceptable" lo que ocurre en Gaza, y estimó que "hay que detener el fuego de manera inmediata y llegar a una tregua".

A media tarde de ayer, 26 palestinos habían muerto en los ataques, entre ellos un ministro de Hamás. El saldo mortal es ya de 1.063 personas y la cifra de heridos supera de largo los 4.500.

Al menos tres personas fueron heridas en el ataque israelí contra la sede central de la UNRWA en Gaza, según la organización. Tres proyectiles de artillería lanzados desde Israel impactaron causando un gran incendio.

El español Francesc Claret, funcionario de la organización, explicó que el Ejército disparó bombas de fósforo contra el inmueble, donde se guarecían unas 700 personas. Un herido "sufre lesiones provocadas por bombas de fósforo blanco, que atravesaron el chaleco antibalas que llevaba", denunció.

"La ayuda humanitaria que ha entrado en Gaza en los últimos días está ardiendo", añadió un portavoz de la agencia.

Con ella ardieron también los depósitos de combustibles reservados para el traslado de la ayuda humanitaria de la ONU justo cuando Ki-Mooniba a reunirse en Tel Aviv con la ministra israelí de Exteriores, Tzipi Livni.

El portavoz de la UNRWA relató, entre toses por el humo, que en la víspera habló con el Ejército "para pedirles que no nos atacaran, y nos dijeron que hacíamos una gran labor, pero hoy, ya ves nos han bombardeado".

El ministro de Defensa israelí, Ehud Barak, aseguró que el bombardeo contra la sede de la UNRWA se debió a "un grave error" y aseguró que pidió a Ki Moon. además, la Asamblea General de la ONU, esperaba respaldar ayer la resolución del Consejo de Seguridad instando a que Israel y Hamás a un alto el fuego.

Días atrás, un ataque dio muerte a un conductor de un convoy humanitario de la ONU.

Además, un hospital de la Media Luna Roja Palestina en la franja de Gaza fue objetivo de bombardeos. Hasta 50 proyectiles fueron disparados desde las inmediaciones por las baterías israelíes. Cuatro de los proyectiles impactaron en la sede sanitaria.

"Se han producido varias explosiones en los edificios del hospital", dijo una voluntaria australiana desde el interior. "Algunas personas trataron de escapar y otras de entrar en el hospital y buscar refugio", explicó, antes de precisar que un proyectil alcanzó el almacén de los medicamentos, destruidos por el fuego.

En el hospital permanecieron atrapadas cerca de 500 personas y, según dijo la voluntaria dos horas después del ataque -que se produjo al mediodía-, tiradores de elite del Ejército no dejaban que nadie saliera del recinto.

Por otra parte, dos cámaras palestinos que trabajan para la televisión de Abu Dhabi fueron heridos en otro bombardeo a un complejo que albergaba medios de países árabes y occidentales. Entre ellos las cadenas de EE UU Fox y la agencia Reuters.

Y mientras las autoridades militares declinaban confirmar si la operación terrestre es el inicio del asalto final contra Hamás, el Ejecutivo israelí decía mostrarse "comprensivo" hacia la iniciativa egipcia para lograr una tregua en Gaza, aunque expresó sus "reservas" por la postura de Hamás, informó la agencia oficial Mena, que citó a una fuente egipcia de "alto rango", sin identificar y que no dio más detalles sobre la naturaleza de esas reservas.