No obstante, la entrada a la barraca es libre y podemos hacer uso del bar y disfrutar de la música. Algunos de los platos típicos de esta celebración son: la coca de atún, las brevas... todo combinado con el vino de estas tierras, que cuando comienza el calor, se suele cambiar por "la paloma" (el refresco de anís seco combinado con agua muy fría). Las barracas y las hogueras conviven en la misma fiesta desde sus inicios con un mismo objetivo, el engradecimiento de las fiestas del fuego. El día de la cremà (24 de junio) los barraquers queman la portada de su barraca junto con su hoguera. Las agrupaciones "foguerils" van aumentando con el paso de los años. En la actualidad son más de 70, lo que indica que hay alrededor de 70 barracas en la ciudad. Estas compiten entre ellas fijándose en la belleza y colorido de la portada de la barraca y como recompensa se otorgan diferentes premios a las ganadoras de cada año. Podemos encontrar otro tipo de barracas, las llamadas "populares" , que no tienen nada que ver con las anteriores. Estas sólo abren por las noches (son las más visitadas por la juventud), se pueden visitar conciertos en directo de grupos musicales de moda. Las más conocidas son patrocinadas por distintas entidades: Canal9, Cadena Ser, Cadena 100, Barraca Universitaria, etc. El racó es el lugar de diversión del foguerer. La entrada es libre y también dispone de bar. En los racós, las mesas y las sillas son vendidas por una cantidad de dinero a los vecinos que bajan a cenar y divertirse o al menos así era. Hoy en día las mesas y sillas se venden para recaudar dinero para financiar todas las actividades de la fiesta.