Siria es una perra pequeña y muy asustadiza, por lo que las Hoguera se convierten en su particular infierno. Con cada petardo que oye tiembla, llora y trata de meterse debajo de los muebles de su casa.

Estos días, las consultas de los veterinarios se llenan de propietarios desesperados que acuden con sus atemorizadas mascotas en busca de una solución. «El 60% de los clientes tiene este problema», señalaba estos días Minerva López, de la clínica veterinaria San Blas. El consejo ante estos casos pasa porque si no puedes con el enemigo, únete a él. «Un truco que damos es que un mes antes de empezar las Hogueras, busquen en Youtube una mascletà y la pongan en casa. Al principio debe estar a poco volumen y éste debe ir aumentando poco a poco, conforme el animal se vaya acostumbrando al ruido», añade López. Y si los petardos llegan antes de que el animal se haya acostumbrado a ellos, lo mejor es mantener la calma. «Aconsejamos a los dueños que actúen con naturalidad. Si cuando el perro o gato se asusta lo cogemos en brazos y tratamos de tranquilizarle, lo único que conseguimos es reforzar ese comportamiento», añade Toñi Moreno, de la clínica veterinaria Alacant.

Sabedora del pánico que la pirotecnia desata en perros y gatos, las empresas que comercializan artículos para mascotas se han lanzado a sacar en los últimos años decenas de productos que prometen unas Hogueras más tranquilas. Lo más novedoso, collares con feromonas sintéticas como las que libera la madre durante la lactancia y que tranquilizan a los animales. «También hay esprays y pastillas, naturales y con sedantes para los casos más fuertes», explica Minerva López. Sin embargo, los veterinarios aconsejan que a no ser que el pánico a la pólvora sea muy extremo, y el animal se niegue a comer o a salir a la calle, lo mejor es tratar de afrontarlo con pequeños trucos caseros, como el de la mascletà por Youtube. Otra opción a la que recurren un buen número de propietarios es poner tierra por medio y marcharse estos días de viaje fuera de la ciudad o llevar a su perro o gato a un hotel especializado en mascotas, como el que dirige Eduardo en Sant Joan. «Estos días estoy al cien por cien y casi todo de gente que deja a su mascota aquí aunque no salgan de viaje».

Y en cuanto a razas, el miedo no distingue clases ni tamaños. «Por lo general las razas de menor tamaño son más asustadizas, pero hay perros más grandes que le tienen pavor», señala Minerva López.

Y el miedo tampoco es eterno, ya que los expertos coinciden en señalar que hay perros a los que de un año a otro se les quita la fobia a los petardos, aunque también se dan casos a la inversa y de repente un animal se vuelve más asustadizo.