«Adriana, al igual que Paula, su hermana, tenía que haber nacido en julio, pero las dos en fiestas se me remueven y se adelantaron a junio. Llegaron en el octavo mes». María José Linares, madre de la Bellea del Foc Infantil, transmitió sus genes festeros a sus retoños, hasta el punto de que las dos, además de participar en las Hogueras desde muy niñas, también lo hacen en los Moros y Cristianos de San BlasMoros y Cristianos de San Blas, y en la Semana Santa. La simpática Bellea Infantil se encarga de dar caramelos a los niños que asisten a la procesión de La Flagelación de San Blas y agua a su madre, su hermana y tíos, que cargan los pasos. Además, cuando era dama infantil en el distrito San Blas Alto, la pequeña se vistió de flamenca para desfilar con la Casa de Andalucía en el Desfile Folclórico Internacional de las Hogueras y su abuela, murciana, la vistió para el Bando de la Huerta. «Ella representa muy bien la unión de las fiestas», añade la madre, quien también ha salido de cabo en la filà mora Mudéjares de San Blas. «Cuando nació Adriana, su hermana Paula era dama infantil con 6 años. Tenía cuatro días y la llevaba en el carrito. Al llegar al Mercado Central le tocaba la toma y me volvía corriendo a San Blas, a casa de mis padres, a dársela y dejaba a Paula con su abuela y su tía», añade la madre, que, el día de la elección en la Plaza de Toros, se tapó la cara con las manos y se sentó. «No la vi. Me dijeron que mi hija era la Belleza del Fuego», a lo que le cuesta acostumbrarse puesto que ante todo es su niña. En una familia originaria de Moros, que Adriana y Paula acabaran en Fogueres se debe a una tía que fue belleza «y tenía esa ilusión».

Dice María José Linares que Adriana es como ella, «dicharachera, abierta, lo brinda todo porque si no dice que no puede dormir por la noche». Paula, su hermana de 16 años, «es como su padre, más prudente y tímida». La mayor está orgullosa de la pequeña y comparte su aventura en las Hogueras. «Es un sueño que no he podido vivir, me encanta que mi hermana lo disfrute». Paula lleva tres años de dama adulta de San Blas Alto y quiere, algún día, ser belleza y candidata a Bellea del Foc. «No pude ser belleza infantil porque coincidía con la capitanía de los Moros y Cristianos, era abanderada y por los gastos no se podía». Un aspecto que la familia tiene muy en cuenta. La madre, administrativa en una firma de electrodomésticos, y el padre, en una empresa de fertilizantes, esperan que al menos hasta dentro de cinco años Paula no sea candidata a los cargos del fuego. «Está por venir, quizá cuando trabaje para que pueda ayudar a la unidad familiar». La joven quiere estudiar Magisterio o Gestión Administrativa.

Porque para afrontar los gastos de tanto traje, la familia se queda cada año sin veranear. «Nuestras vacaciones son las Hogueras y los Moros y Cristianos. El dinero se queda en esto», dicen. Un amor por la Fiesta que les transmitió el abuelo, Ángel Linares, uno de los fundadores de la filà Lucentinos. Además, un tío de Adriana fue alférez cristiano. El traje se lo prestó para el reportaje al padre de la Bellea Infantil, Alfonso Nicolás, que vive la Fiesta desde la trastienda. «Me gusta verlo desde fuera, es como ver el fútbol desde la grada», señala. Aún así, llevó la bandera cuando Adriana fue abanderada y está dispuesto a disfrazarse, por su niña, para el Desfile del Ninot, y quien sabe si se animará a vestirse de zaragüell. Porque, cuando habla de ella, se le humedecen los ojos. «Cuando el jurado nos entrevistó a los padres, les dije que quería a mi hija de Bellea», convencido de lo bien que lo hará. Se nota que Adriana tiene a su padre encandilado. Y a toda la familia. Porque a la pregunta de quién manda en casa, la Bellesa Infantil responde rotunda: «yo».