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Guía de Hogueras para forasteros

Los miles de visitantes que acuden durante las fiestas tienen decenas de posibilidades para disfrutar

Guía de Hogueras para forasteros

Lo primero que debe saber cualquier eldense, madrileño o berlinés que se acerque estos días a Alicante es que los monumentos que se va a encontrar por las esquinas se llaman hogueras, no fallas; y que las representantes de la fiesta son bellezas, no falleras. Un error en la terminología puede resultar catastrófico si lo que el forastero pretende es que le inviten a una barraca o que le ofrezcan un trozo de coca amb tonyina en alguno de los almuerzos que organizan las comisiones. Una vez controlada la terminología, el forastero puede integrarse perfectamente en las fiestas como cualquier alicantino y disfrutar de la calle hasta la madrugada sin sentirse ajeno a las Hogueras gracias, en gran medida, a que la Fiesta se vive en la calle y a que la mayor parte de las barracas y racós donde se come, se baila y se descansa, son abiertas para cualquiera que quiera comer algo o tomar una copa disfrutando del ambiente y de la música.

Ver algunas de las hogueras es fundamental. Con más de 90 monumentos mayores y otros tantos infantiles, es imposible no toparse con alguno, pero es aconsejable no perderse la Hoguera Oficial de la plaza del Ayuntamiento y al menos las once hogueras que plantan en categoría especial. Para los aficionados a las bicicletas Alacant en Bici ha organizado para el lunes día 22 a las 18.30 horas un recorrido por las hogueras principales que saldrá de la puerta del ADDA en la avenida de Alcoy. Por otra parte, un grupo de alicantinos realiza desde hace nueve años una ruta de las hogueras a pie a la que puede unirse quien lo desee partiendo, igualmente el lunes 22, a las 12 de la noche desde la plaza de toros y recorriendo unos 18 kilómetros a pie visitando todas las hogueras especiales y las de primera categoría. Sólo hace falta caminar, eso sí, durante unas 5 ó 6 horas.

Uno de los actos imprescindibles cada día a las 14.00 horas es la mascletà desde la plaza de los Luceros. Horas antes, los alrededores se llenan de gente, música, venta ambulante y reparto de abanicos, gorros y otros objetos promocionales de las marcas patrocinadoras, abren las barracas y racós cercanos así como los bares, y cualquiera puede almorzar en uno de los racós abiertos al público en Alfonso en Sabio o en la avenida de la Estación hasta la hora de la mascletà que dura en torno a siete minutos y cuya intensidad va aumentando hasta el apoteosis final. Es recomendable no taparse los oídos y, si el ruido resulta muy fuerte, abrir un poco la boca. Al final, el éxito de la mascletà se puede cuantificar por los aplausos y los pañuelos que los vecinos de la plaza agitan desde los balcones.

Tras la comida, en alguno de estos racós o en un bar o restaurante, los aficionados a los toros pueden disfrutar de la Feria de Hogueras. El general no hay problemas para sacar la entrada en el mismo día para ir a los toros, aunque quien quiera asistir a la corrida del día 24 debería sacar la entrada con antelación dado que al torear este año Enrique Ponce y los hijos de Manzanares en el aniversario de la muerte del torero alicantino, la plaza puede llenarse.

Las tardes del domingo, lunes y martes, el visitante puede presenciar los desfiles, concretamente la Ofrenda de Flores a partir de las 19,00 horas el domingo y el lunes, y el Desfile Folkórico Internacional el martes a partir de las 20.30 horas. Cualquiera puede presenciar estos desfiles en las sillas colocadas a lo largo del recorrido por tres y cinco euros.

Para la cena, de nuevo se puede recurrir a los racós y barracas abiertos al público donde posteriormente disfrutar de copas y baile. De unos años a esta parte, la mayoría de racós y barracas están abiertos y cualquiera puede entrar aunque hay algunos racós en Séneca, plaza de la Montañeta o la zona de la Explanada destinadas especialmente a los más jóvenes en las que a quienes contratan la mesa y las sillas se les facilita una pulsera identificativa para ellos y sus invitados y está limitado el acceso. Además de en estos racós, los jóvenes acuden en masa a la playa del Postiguet para hacer «botellón».

Una de las principales características de las hogueras en la tradicional banyà de los bomberos durante la cremà de los monumentos la noche del 24. Quienes quieran vivir intensamente la experiencia deben situarse lo más cerca posible de la valla de la hoguera que hayan elegido ver quemar y pedir agua a los bomberos. Eso sí, saldrán chorreando.

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