Era una tradición desde 1950 ver la hoguera del distrito Sèneca plantada entre las cuatro esquinas de la calle Portugal con Pintor Lorenzo Casanova, una costumbre que se ha roto este año con el traslado del monumento a la nueva plaza de Sèneca, provocando el desconcierto en el distrito. «Aunque parezca increíble, los vecinos de las cuatro esquinas echan de menos la hoguera, y no dejan de preguntarnos que por qué ya no está allí plantada», explica el presidente de la comisión, Josep Amand Tomás. Un vecindario en el que había personas que se quejaban de los ruidos de la actividad festera y que en alguna ocasión habían lanzado incluso cubos de agua en protesta.

Otros vecinos, los más cercanos a la plaza Sèneca, están ahora preocupados ante la cremà del monumento «Erótika», de grandes dimensiones, por si las llamas o el calor dañan los edificios o los comercios, que, recordaron los festeros, quedarán protegidos por lonas y otros elementos. Como en el emplazamiento de antaño, el que se eligió en 1950.

«No se trata de que nos guste o no la nueva ubicación de la hoguera. Se ha arreglado una plaza para el barrio, que necesitaba cambiar su fisonomía, y contempla la plantà del monumento, no nos podemos oponer». La comisión entiende la división y diversidad de opiniones, porque ha cambiado la perspectiva de la foguera, que entre las cuatro esquinas parecía mucho más voluminosa. «Es una experiencia nueva. En mi opinión, está integrada y bonita, es una nueva referencia de plantà a la que nos tenemos que acostumbrar», dijo Tomás.

El traslado de la plantà de la hoguera a la nueva plaza de Sèneca se contempla en el diseño que hizo el Ayuntamiento hace unos dos años y medio. «Todo ese tiempo la obra ha estado parada y teníamos un descampado, necesitábamos algo como esto para dar vida al barrio y ahora no vamos a poner pegas nosotros».