La Virgen del Remedio recibió anoche, un año más, el homenaje de la fiesta de las Hogueras al quedar completado el tapiz de flores en su honor ante la Concatedral de San Nicolás. Alicante vivió en la tarde-noche de ayer la segunda jornada de la Ofrenda, en la que participaron las 45 comisiones que quedaban por brindar sus ramos a la patrona de la ciudad, junto con las barracas que tampoco habían desfilado el sábado y representantes de otras agrupaciones festeras del resto de la Comunidad Valenciana con las que mantienen algún tipo de vinculación. Al igual que en el día anterior, a los miles de participantes que ponían esta nota de color y aroma a la fiesta se unía la presencia de una enorme cantidad de público durante el recorrido.

La Bellea del Foc, Patricia Gadea, ofreció ya entrada la noche el último ramo con el que quedaba terminado el tapiz, tras entrar en la plaza del Abad Penalva acompañada de los cargos de la Federació de Fogueres. En esta ocasión, flores rojas y blancas conformaban una imagen que, además de honrar a la Virgen del Remedio, aludía a la otra gran referencia de la devoción alicantina, la Santa Faz. La composición se disponía en dos grandes paneles, colocados sobre la fachada de la Concatedral. El primero de ellos se completó en la primera jornada de la Ofrenda, mientras que el segundo se iba componiendo ayer, a medida que las festeras iban dando sus ramos y los operarios separaban las flores blancas y rojas y las iban colocando en su lugar.

Muchas personas se agolpaban en la calle Miguel Soler, una de las que da acceso a la plaza, para contemplar el proceso de composición del tapiz y fotografiarlo, o bien hacerse fotos ellos mismos con el panel floral de fondo. Ése era el único lugar desde el que se podían ver con cierta proximidad los catafalcos, ya que la calle San Isidro, que también lleva hasta la Concatedral desde la Rambla, estaba cortada al tránsito peatonal y reservada para que los festeros pudieran desfilar con comodidad en los últimos metros.

La coincidencia de la Ofrenda con el fin de semana contribuyó a que las calles estuvieran abarrotadas de público, y ayer se podía observar fácilmente cómo a medida que pasaban los minutos había más personas viendo el desfile, sobre todo en el tramo desde la parte alta de la Rambla. Otro punto de especial afluencia de espectadores era la bocacalle de la plaza del Abad Penalva con Labradores, a donde también acudían para algunos que más bien parecían turistas ajenos a la fiesta que se celebraba, y que trataban de curiosear acerca de lo que ocurría. Y debía llamarles la atención, porque buena parte de ellos también aprovechaba para sacar alguna imagen del momento.

Entre los participantes en la Ofrenda podían verse festeros de todas las edades, desde niños de corta edad con sus ramos hasta algunos de los más veteranos de las comisiones. La mayoría de quienes llevaban flores eran mujeres, como es habitual en este acto, aunque también podían verse algunos hombres ramos en mano. Lo que sí era común, en cualquier caso, era el color de las flores: rojo y blanco, para conformar luego el tapiz.