La asistencia de más de 50.000 personas a las mascletàs de Luceros ha obligado al Ayuntamiento a elaborar un plan de seguridad que contempla, por primera vez, la presencia en el entorno de la plaza de un mínimo de cuatro ambulancias, con más voluntarios y personal técnico, para atender emergencias. Este refuerzo del dispositivo sanitario se produce tras el susto en la primera mascletà de 2013, cuando una carcasa grande se desvió de su trayectoria e impactó en el público, lo que obligó a atender a dos personas.

Estos disparos pirotécnicos estarán controlados por 77 efectivos cada día, de ellos 35 voluntarios de Protección Civil, 30 policías, 12 bomberos con dos autobombas, y comienzan el jueves a las 14 horas como estaba previsto, sin que se vean afectados por la coronación de Felipe VI ya que ninguna instancia superior se ha pronunciado en contra, como explicó ayer el edil de Fiestas, Andrés Llorens. Antes, mañana a medianoche, la plaza acogerá la última mascletà nocturna.

La Policía Local verificará el vallado de la zona de fuegos a las distancia marcadas con la consiguiente prohibición de acceso del público. Los aéreos, más peligrosos al ser erráticos, obligan a situar a los asistentes a 50 metros, la máxima distancia de seguridad, y estarán situados en la misma plaza, lo mismo que el terremoto final. En cambio, para los terrestres se destina el centro del paseo de Marvá. Desde las Hogueras de 2013 las autoridades permiten al público estar, de media, unos 20 metros más cerca del perímetro de seguridad, lo que posibilita la entrada a 500 personas más en Luceros. Además, se reordenó la zona de racós para facilitar el acceso de unos 1.500 asistentes más a la primera línea. Todos estos cambios están relacionados con el recorte de los calibres que se tuvo que introducir por imperativo de una normativa estatal, dejándose en un máximo de 50 milímetros cuando antes de lanzaban aéreos de hasta 100 milímetros, por lo que la potencia de la mascletà de Luceros es menor. El peso máximo de la masa detonante será de 60 kilos y de materia reglamentada 150.

Este año crece la capacidad en unas 300 personas más gracias a la modificación del diseño de las zonas valladas para facilitar de paso la evacuación en caso de emergencia. El concejal Juan Seva explicó ayer que con más ambulancias, la mejora de la evacuación y el mantenimiento de la distancia del público se incrementa la seguridad. Si las mascletàs se hubieran disparado en La Estrella, donde se iban a trasladar por los daños de la fuente de Bañuls, los aéreos se habrían acercado a 40 metros.