«Óscar Esplá, gran compositor y hombre de mundo marcado por sus viajes por diferentes ciudades europeas, pasó la mayor parte de su vida fuera de su tierra natal, pero nunca olvidó sus orígenes y siempre mantuvo una relación muy estricta con su tierra y con sus amigos». Así recuerda al ilustre músico alicantino (1886-1976) en su llibret «Les Fogueres amb cinco sentits» la hoguera Óscar Esplá, que ha perpetuado en la Fiesta el recuerdo del compositor plantando sus monumentos en la céntrica avenida que lleva su nombre. Orgullosos, los festeros del distrito lucen en los principales desfiles de Hogueras su estandarte de llamativos colores con el fuego y las notas musicales dándose la mano. También en homenaje al maestro eligieron como lema «Música i Foc». Aunque son pocos foguerers y están limitados en su presupuesto, la comisión está pensando organizar un concierto en recuerdo de Óscar Esplá, buscar a familiares e invitarlos. «Porque fue un músico alicantino muy importante», dicen.

La historia de esta hoguera comenzó en 1985, cuando un grupo de vecinos del entorno decidió crear una comisión en una de las avenidas principales del Ensanche alicantino, muy cerca de donde se instaló poco después El Corte Inglés de Maisonnave. Plantaron por primera vez al año siguiente, con Edelmira Ferrando como belleza. En los llibrets figura que el presidente fundador fue José Manuel Sellés, pero enseguida le sucedió Jaime Bonmatí, quien llevó las riendas hasta 1992. De la etapa inicial solo quedan en la comisión actual dos festeras, Asunción Gandía, y Cari Sánchez Nieves, actual delegada de Bellezas y vicepresidenta. Por entonces tenían 400 cartillas de vecinos e iluminaban gran parte del distrito. Entre sus mejores recuerdos, «las presentaciones de bellezas, que las hacíamos en el paseo de Óscar Esplá al aire libre, y que eran muy bonitas; y los pasacalles y fiestas de disfraces para los niños, había muchos por entonces y se organizaban cosas enfocadas a ellos».

Esta festera también vivió la etapa de Marcela Martínez como presidenta (1996-2010), tristemente desaparecida y muy añorada. «Era un encanto y muy trabajadora. Vivía por la hoguera, se ponía el traje e íbamos con ella a todos los almuerzos y presentaciones». En los últimos diez años, la dinámica de la comisión ha cambiado gracias al empuje de un grupo de madres jóvenes que desembarcaron en la hoguera con sus niños y que no dejan de organizar actividades, entre ellas la actual presidenta, Loli Lillo. En esta línea, comenzaron a participar en los playbacks gracias también a una comisionada que tiene una academia de baile y que les cede allí un local para ensayar. «Nos deja pintarnos, disfrazarnos, ensayar los bailes...Incluso hacemos los decorados, eso sí, con cartón (para ahorrar)». También llevan unos años saliendo en la Cabalgata del Ninot, con ingeniosos trajes como los de Avatar con los que consiguieron premio. «Todo el mundo nos tocaba para ver si era malla o pintura», recuerdan. Hace unas semanas organizaron en el paseo de Óscar Esplá un almuerzo con rastrillo, en el que vendieron desde libros a viejos cargadores de móviles a precios populares, con lo que se sacaron un dinero que viene muy bien.

Porque, aunque parezca lo contrario por el enclave privilegiado donde plantan, la consolidación de la hoguera no ha sido fácil. «El sitio es estupendo pero el distrito es complicado. Muchos vecinos en Hogueras se marchan porque no quieren fiesta, aunque los que se quedan luego los vemos en los balcones. En general colaboran poco». Apenas les quedan 15 cartillas y lo mismo pasa con el comercio, se lamentan. Son los propios festeros los que mantienen la hoguera con sus cuotas, que son variadas y adaptadas a la situación económica, desde 20 euros al mes por niño a 45 euros una familia de cuatro miembros. Con ello consiguen un presupuesto anual de 20.000 euros, de los que casi la mitad, 9.000 euros, se van con los dos monumentos, que llevan mucho tiempo plantando en Sexta. En los últimos años, el artista con el que trabajan, Francisco Granja, al que le gusta la plantà a tombe, cultiva una faceta que está dando muchas satisfacciones a la comisión, las hogueras experimentales. Con una belleza de madera adornada con muebles viejos a los pies, y un huevo sobre un mapa mundi cuadrado, crítico con la crisis y el «chapapote económico», han tenido premio en los dos últimos años, que han sido de lo más fructíferos. En 2012 triunfaron en infantil con un caballo de Troya que lucía un chupete.

Los festeros pasan con el llibret por los pisos del barrio pidiendo la voluntad pero no les abren. Necesitan al vecindario, y le piden que colabore, aunque sea poco, «porque toda piedra hace pared». Y es que tienen muchos sueños: sacar a la hoguera de Sexta categoría, conseguir alguna Dama del Foc y si fuera Bellea tanto mejor, «y que nos toque la lotería». No obstante, ya sería una suerte, afirman, la elección de la plaza de la Estrella para disparar la mascletà de Hogueras aunque tuvieran que mover los monumentos y el racó, que ahora tiene veinte mesas pero que llegó a las 64. «Donde estamos es una gozada. En la plantà no tenemos que cortar el tráfico y por la noche se está fresquito. Solo falta un poco de animación, aunque ponemos un fotocall y hacemos fiestas hawaianas». Los festeros quieren volver a decorar el racó con guirnaldas de colores y estarían encantados de que alguna barraca (tuvieron al principio una, y después a los extranjeros de la Oami) plantara en su distrito, con el deseo de recuperar el ambiente de las viejas noches de bacores y coca amb tonyina.