La palmera iluminó la ciudad gracias a los mil cohetones imperiales que se lanzaron desde el Castillo de Santa Bárbara para dar paso a la Cremà. La pirotecnia Hermanos Ferrández, de Beniel, fue la encargada del disparo de la palmera, que alcanzó un diámetro de 400 metros. Aunque menos extensa que en ocasiones anteriores -la que lanzaron en 2010 alcanzó los 800 metros de diámetro-, el color blanco se concentró en la apertura de la palmera para intensificar su iluminación. Desde la pirotecnia explican que el maestro de la saga, Antonio Ferrández, fallecido hace 20 días, estuvo trabajando en ella con ilusión hasta el último momento. Es por ello que, según explican sus hijos, en su lápida se grabará la imagen de la gran palmera que disparó en 2010.