La Pirotecnia Martí, vigente ganadora del concurso de mascletàs de las Hogueras, no defraudó ayer. Levantó un sonoro aplauso del público, obsequió a los espectadores con un final apoteósico y, como mandan los cánones, hizo llorar a la Bellea del Foc, Beatriz Botella. Instantes después de que explotara el último juego pirotécnico, la máxima representante de las fiestas comenzó a derramar lágrimas. ¿Por qué? Por el hecho de que el concurso se finiquitase ayer. Los amantes de la pólvora deberán esperar hasta el próximo año para vivir de nuevo el estruendo junto a la plaza de los Luceros. Por lo menos, se marcharon a casa con un muy buen sabor de boca. La mascletà comenzó con un espectáculo "suave", en palabras de Reyes Martí, propietaria de la pirotecnia, pero a medida que fueron pasando los minutos los decibelios se fueron incrementando. Se combinaron tres fuegos aéreos con siete terrestres y, al igual que ocurrió el pasado año, nada más terminar el espectáculo, Reyes Martí se acercó hasta un público entregado para agradecerle su caluroso aplauso.

Las mascletàs dejan paso desde hoy a los castillos de fuegos artificiales que se lanzan desde la playa del Cocó. Una nueva norma estatal prohíbe a los ciudadanos seguirlos desde el "Scalextric" y la Sangueta, donde habitualmente se congregaban cientos de personas. La Policía Local prohibirá esta noche el acceso de peatones y vehículos a la avenida de Villajoyosa entre la plaza del Topete e Isla Marina.