El cierre político de las Hogueras tuvo como imagen un reencuentro: el de José Císcar, vicepresidente del Consell y en estos momentos líder del PP en la provincia, con su antecesor Joaquín Ripoll, imputado por media docena de delitos en la pieza de Brugal que investiga el supuesto "arreglo" de la contrata de basuras de la Vega Baja a favor de Enrique Ortiz. El ahora máximo responsable de la Autoridad Portuaria continúa siendo, a día de hoy, la "bicha" a la que el actual sanedrín popular en la provincia, reunido ayer al olor de la pólvora de la mascletà para arropar a Císcar, no quiere ver ni en pintura. Pero cuando el escaparate fogueril bulle, todo es posible. En la calle, nada se puede controlar.

El número dos de la Generalitat, que después de la visita de Alberto Fabra del domingo participaba en la clausura de las Hogueras de San Juan en su condición de máximo responsable del PP de Alicante, compartió la traca con la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, imputada igualmente por tres delitos en otro sumario de Brugal que investiga el presunto amaño del planeamiento urbanístico de la capital a favor otra vez de Enrique Ortiz. Siempre Ortiz. A día de hoy, Císcar sigue siendo uno de los dirigentes del PP que mantiene su respaldo a la alcaldesa. Nadie sabe lo que pasará mañana.

Frente a la exigua presencia de la oposición, con Gabriel Echávarri y Miguel Ull, el líder provincial del PP reunió a casi todo su comité de dirección para arroparle. Estuvieron en la última jornada de Hogueras José Juan Zaplana, su segundo de a bordo en la estructura popular de Alicante; los vicesecretarios José Salas, Manuela Sánchez y Carlos Castillo; el destituído delegado del Consell, Juan de Dios Navarro, un detalle que no pasó desapercibido a nadie; el exconcejal José María Rodríguez Galant; los diputados Antonio Peral y Pilar Sol; y los consellers Juan Carlos Moragues y Asunción Sánchez Zaplana, que completaron una nómina de asistentes del Gobierno valenciano en la que, al final, de ocho miembros han faltado tres a la cita anual con las Hogueras -Serafín Castellano, Isabel Bonig y Manuel Llombart-, algo que no ocurría desde hace años.

Como ha sido norma en estos días, las otrora prietas filas del PP se descompusieron a la hora de la cerveza. El grupo de Císcar, ya sin Castedo, y antes de marcharse a comer a "Els Chuanos" -barraca del concejal Luis Barcala-, recorrió los racós de Federico Soto. Y cuando menos lo esperaban... la aparición y el reencuentro. Ripoll se percató de la presencia de la cúpula del PP, con su antecesor a la cabeza, en uno de los "chiringuitos" y entró en solitario -su esposa, Margarita de la Vega, se quedó en la puerta- para saludar. Hubo medio abrazo y apretón de manos -imagen que hasta ahora no se había visto- con Císcar, el hombre que jugó un papel clave para acabar con el mandato del ahora presidente del Puerto de Alicante.

Postdata: Ni un solo alto cargo de Madrid ha estrenado el AVE para venir a las Hogueras. ¿Por qué será?

Postdata final: Anoche volvió Fabra a Alicante para presenciar la Cremà. En los archivos de la Generalitat no consta la asistencia de ningún presidente desde el año 2007.