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Y al quinto día, al fin desembarcó la cúpula del PP en las Hogueras. El jefe del Consell, Alberto Fabra, llegó acompañado de un séquito que le escoltó en todo momento. Desde que pisó la plaza de los Luceros hasta que abandonó la ciudad. Los "legionarios" del presidente provenían de distintos puntos: del gobierno autonómico, del Congreso, de las Cortes, de la Diputación de Alicante, de los ayuntamientos de la provincia... e incluso de las bases del partido. Era de esperar. Hasta ahora, la presencia de dirigentes del PP en las Hogueras -excluyendo, como es lógico, al equipo de gobierno de Alicante- había sido ínfima. Alguna que otra "aparición" puntual, pero poco más. Ayer, con la visita de Fabra, el efecto llamada surtió efecto.

La intención era clara: trasladar imagen de unidad escasas 24 horas después de que el propio Fabra decidiera, a través del comité de derechos y garantías del PPCV, expulsar a Rafael Blasco del partido. El exsíndic popular en las Cortes no estuvo físicamente en las Hogueras, pero su nombre sí retumbó decenas y decenas de veces en los corrillos que formaban los dirigentes del partido. Fue "trending topic" en las conversaciones. Y eso, que todos (o casi todos), sabían de antemano que la carrera de Blasco en el PP estaba más que finiquitada. Sólo faltaba ponerle la puntilla. "Ya era hora", sentenció un "notable" popular momentos antes de que arrancara la mascletà.

La sombra del exconseller fue ayer muy alargada. Tanto, que al presidente no se le preguntó por otra cosa. Respondió visiblemente serio y no se mordió la lengua en sus respuestas. Fue casi el único momento en el que el semblante del jefe del Consell no esbozó una sonrisa. También puso cara de circunstancia cuando, casi a punto de subirse al coche oficial, media docena de trabajadores de Radiotelevisión Valenciana le increparon por el expediente de regulación de empleo en el ente público. El resto de la mañana fue plácida para él.

Dialogó en varias ocasiones con su número dos en el Gobierno y presidente provincial del PP en Alicante, José Císcar; atendió a todas las personas que se acercaron a saludarle; se le vio complicidad con el conseller de Economía, Máximo Buch; y departió con los diputados de las Cortes que le acompañaban. Ahora bien, ¿qué tal con la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo? Mejor de lo que se podía prever. Trató de disipar cualquier atisbo de duda (al menos de cara a la galería) y no la rehuyó. Todo lo contrario. A diferencia de lo que ocurrió el pasado lunes con la llegada del AVE a Alicante, Fabra no se limitó ayer a guardar las formas, como hicieron entonces Mariano Rajoy y Dolores de Cospedal. Tanto el jefe del Consell como la alcaldesa estuvieron juntos en varias ocasiones, compartieron confidencias, comieron en el Casino y subieron al mismo coche oficial.

El que no puede presumir de lo mismo es Luis Díaz Alperi, imputado en Brugal, al igual que Castedo, por haber amañado presuntamente el Plan General de la ciudad para favorecer al constructor Enrique Ortiz. El vacío que le hace la cúpula del PP al exalcalde es más que evidente. Ya se evidenció el lunes en la estación del AVE y ayer se refrendó con creces. Fue el propio Fabra el que le "ninguneó" hasta en dos ocasiones. La primera, en una zona acotada dentro del propio recinto cerrado de la plaza de los Luceros. Alperi se acercó a hablar con él, pero el presidente no le dio coba. Le dio la espalda. Se giró y, sin ningún tipo de disimulo, comenzó a hablar con Máximo Buch.

Minutos más tarde se repitió la historia. Alperi, de nuevo, trató de mantener una conversación con Fabra. El presidente ya no se pudo escapar. Pero ambos apenas dialogaron por espacio de 10 segundos. El jefe del Consell volvió a girarse y le dejó con ganas de más. Cuestión de prioridades.

Y a todo esto, ¿dónde estaban el PSPV, Compromís y EU? Por Luceros seguro que no. Se dejaron ver muy pocos. Entre ellos, Gabriel Echávarri y Edmundo Seva.

Posdata: Más de un dirigente del PP miró en derredor para ver si la nueva secretaria autonómica de Organización, Esther Pastor, visitó ayer las Hogueras. Nadie la vio.

Segunda posdata: Joaquín Ripoll animó ayer de nuevo el "cotarro" en los racós.