Tiene que ser a la quinta

El Hércules ha derribado varios muros esta temporada, ha doblegado destinos que parecían insalvables, adheridos a su naturaleza maldita. Pero todavía le falta uno, puede que el más importante a estas alturas de curso. Necesita ser capaz de retener el liderato frente al Badalona Futur. Es la única forma de que dependa de sí mismo en la última jornada. Pero no será sencillo. De hecho le ha resultado imposible al equipo de Torrecilla desde el inicio del campeonato.

Cuatro veces ha intentado retener la primera plaza después de asaltar la cima y en todas ha fracasado. La maldición del líder le persigue, no se la sacude. Pero es imperativo que eso termine este domingo en el Estadi Hipòlit Planàs de Vic. A la quinta debe ir la vencida. Si no es así, las opciones de saltar de categoría sin pasar por la ruleta rusa de la promoción se verán muy afectadas, quedará en manos de terceros.

Las cuentas del Hércules para el final de liga

En esta temporada, los alicantinos se han encaramado a la primera plaza en cuatro ocasiones, pero en ninguna de ellas fueron capaces de conservar su puesto de privilegio más de siete días.

En tres oportunidades perdieron yendo líderes, la más dolorosa en el José Rico Pérez, frente a la Penya Independent, un accidente que a punto ha estado de acabar con las opciones de salir campeón con las que partía el equipo de Rubén Torrecilla, capaz de rehacerse aprovechando el desplome sin precedentes de su próximo rival, que ha encadenado cuatro jornadas sin puntuar cuando acariciaba el objetivo.

La fuga de su entrenador, Ferran Costa, al Andorra en unas circunstancias insólitas, puede que al final no compense ni en lo económico al club gestionado por Toni Freixa.

Historia de un imposible

El Hércules comandó la clasificación tras vencer con autoridad al Cerdanyola en la séptima fecha. Después le tocó visitar al Europa en el barrio de Gràcia de la Ciudad Condal y allí cedió su puesto de privilegio tras perder por la mínima.

En la décima jornada recuperó el liderato tras deshacerse de La Nucía. Y luego, en su siguiente compromiso liguero, en Terrassa, no pasó del empate y volvió a quedarse sin el premio de verse dos semanas seguidas al frente de la tabla clasificatoria, algo que sí han conseguido el resto de aspirantes a competir el curso que viene en Primera RFEF, tanto Lleida como Badalona Futur.

Después del asalto al Camp d’Esports no hubo opción de defender la primera plaza en el Rico Pérez. El segundo partido del nuevo año se disputó en la Ciutat Esportiva Dani Jarque y allí, cuando todo apuntaba a que el Hércules despegaría definitivamente tras el 0-1 que selló Kalvin Ketu a los 11 minutos, el camino se torció. 

Encajó dos tantos en la segunda mitad, ambos de Omar Sadik, los dos por fallos garrafales en defensa, y se abrió un periodo de dudas que a punto estuvo de hacerlo estallar todo por los aires. Las tres derrotas seguidas amenazaron la paz social, pero, a diferencia de lo vivido en circunstancias similares en ejercicios pretéritos, la plantilla demostró la personalidad de la que carecieron sus predecesoras y, con dos victorias incontestables, sobre el Formentera y el Andratx, volvió a la primera posición, la que le tocó, esta vez sí, defender en su casa con un enemigo manso la mayor parte de la liga.

El Hércules y la maldición del líder

Salió todo mal y la Penya Independent provocó la segunda derrota de los blanquiazules en Alicante, una inexplicable por el modo en el que se produjo, con los insulares marcando tres tantos en tres contras de las cuatro de las que dispusieron a lo largo de los 90 minutos, de absoluto dominio local.

Cinco empates, tres de ellos sin marcar, encadenó el bloque de Torrecilla después de ese accidente. Se activaron todas las alarmas, dentro y fuera del campo, pero la fortuna se alió con Nolan para poner fin a la mala racha con un gol en el minuto 95 que dio la victoria sobre el Alzira (1-0). A ese triunfo le siguieron tres más, algo que tampoco había logrado hacer el Hércules este curso. La quinta consecutiva aguarda en Vic. A la quinta tiene que ir la vencida. Es eso o... palidecer.