Cuando la temporada ya se daba por cerrada en el Hércules saliendo indemnes del derbi ante el Elche, algunas voces alertaban de que una carambola perfecta aún permitiría a los blanquiazules jugar la próxima edición de la Copa del Rey. Tenían que favorecerle hasta cuatro resultados de diferentes grupos y así se dio ayer. Pero faltó el quinto en cuestión: la victoria del Hércules ante un Llagostera que se jugaba la permanencia. Ni esa minúscula alegría fueron capaces de dar los jugadores al club y a sus aficionados, ya que disputar el torneo del KO siempre puede suponer un alivio para la economía como ha sucedido en las dos últimas ediciones con los cruces frente al Barcelona y al Elche.
También es cierto que el Hércules merodeó la victoria y, de hecho, debió certificarla en el minuto 86 con un buen gol de cabeza de David Torres, a centro de Connor, que el colegiado anuló de manera inexplicable para desesperación del punta de Petrer y del banquillo blanquiazul, que durante toda la segunda parte alertaba a los jugadores de que la Copa era posible. Este final de fiesta tan doloroso como frustrante es el fiel reflejo de esta temporada desquiciante que acaba un 13 de mayo, de nuevo demasiado pronto.
El club blanquiazul no tributó ningún reconocimiento oficial a Paco Peña en su último partido como herculano esgrimiendo que todavía no es oficial su adiós, pero su técnico Josip Visnjic tuvo el bonito detalle de cambiarle en el minuto 83 para que los 2.000 seguidores que acudieron al Rico Pérez pudieran ovacionarle de manera unánime. Esta semana probablemente se despida con una rueda de prensa rodeado de sus compañeros tras 316 partidos como blanquiazul y nueve temporadas consecutivas. Sólo superan estos registros José Juan, Paquito Escudero y el fallecido Juan Baena. A pocos días de cumplir los 40, Peña debe elegir entre ocupar un cargo en el organigrama técnico junto al director deportivo Javier Portillo o seguir jugando en otro equipo.
El partido en sí fue entretenido, pero muy deslucido por la endeblez defensiva de un Hércules que jugó más suelto que de costumbre, por lo que pisó el área del Llagostera en numerosas ocasiones. Pero encajando dos goles en el Rico Pérez (que pudieron ser tres si Peña no salva otro sobre la línea) es casi imposible sacar un partido adelante.
Los blanquiazules abrieron el marcador en el minuto 17 con un buen gol de Óscar Díaz, quien controló con el pecho un servicio de Juanjo Nieto, se hizo hueco con un recorte y batió a Marcos con un derechazo. Dedicó el gol a un aficionado ilustre de Tribuna Alta que le recrimina su rendimiento desde hace muchas semanas. Esto gol de Díaz no amainó el enfado de la grada, que le despidió con pitos cuando fue sustituido.
El 1-0 hacía presagiar un partido plácido en el fin de curso, pero la intensidad defensiva brillaba por su ausencia para desesperación de Visnjic. En el 20', Gabarre remató alto en buena posición ante Buigues y en el 24' llegó el 1-1 tras una falta enviada al larguero por Pitu que después el Llagostera culminó con dos disparos más a la portería defendida por el canterano Iván Buigues.
Al cuadro catalán le iba la vida en el partido porque un triunfo le daba la permanencia, una derrota le condenaba al descenso y un empate le dejaba en manos de sus rivales directos.
Al inicio del segundo acto (50'), Pitu firmó el 1-2 al rebasar líneas con demasiada facilidad y batir al meta de Mutxamel con un disparo desde la frontal pegado al palo. Esta nueva muestra de indolencia de los jugadores encendió a la grada, pero al menos Peña y Moha enderezaron el rumbo dos minutos después con un buen centro y un mejor remate de cabeza (2-2).
Visnjic, en el 65', introdujo al extremo José Fran y al delantero David Torres para buscar la remontada, pero el Llagostera se defendía con el cuchillo entre los dientes sabedor de que el empate le valía para no irse a Tercera por la vía rápida.
Al Hércules le costaba mucho generar superioridad y sólo rozó el gol Paco Candela con un cabezazo en el minuto 77 que se fue alto por poco. El 3-2 debió llegar en el 86' con un remate de cabeza picado de David Torres a centro de Connor, pero el colegiado lo anuló de manera incomprensible al apreciar falta del delantero petrerense sobre el central Lucas Viale. Al menos hubiera supuesto una pequeña alegría en el cierre de una temporada para olvidar.
