Escapar del inframundo de la Segunda División B requiere paciencia, sobre todo si no se logra el ascenso en un primer año en el que todavía se arrastra cierto aura superior. El Hércules, tras el estrépito de Ontinyent, encara su quinto año seguido en Segunda B; nunca antes subió en menos tiempo. Los blanquiazules acariciaron ese retorno inmediato en sus dos últimas caídas al pozo: en la 99/00 llegó líder al parón de Navidad y logró clasificarse para la promoción de ascenso; con más apuros de los previstos -dicho sea de paso-. Allí, con un sistema distinto del actual (un grupo de cuatro equipos en el que subía el primero), sólo fue capaz de ganar un partido e incluso vivió la destitución del entrenador Manolo Jiménez, al que suplió Teo Rastrojo.

Algo parecido vivió hace tres temporadas, en la 14/15, cuando también se marchó a las vacaciones de invierno en lo más alto de la tabla del grupo. Un retorno terrible dio con los huesos del técnico Pacheta, aunque sí que cerró la temporada entre los cuatro primeros. Con Manolo Herrero en el banquillo el Hércules pasó con suspense y heroicidad la primera eliminatoria ante el Real Murcia y fue apeado de mala manera en un escándalo arbitral sin precedentes en las semifinales contra el Cádiz.

Desde entonces, sólo ha pisado el liderato en la anecdótica primera jornada de la 16/17. Con ese impulso del descenso difuminado el tropiezo se convierte en habitual. En su primera etapa en Segunda B (entre 1988 y 1993), el Hércules sólo jugó la promoción al quinto intento, pero subió con rotundidad al son de Eduardo Rodríguez, que hizo 40 goles en todas las competiciones.

Un año más (seis) tardaría el club en regresar a la categoría de plata en su segunda etapa en el tercer escalón del fútbol español (entre 1999 y 2005). En ella disputó tres veces el «play-off» de ascenso: el ya citado de la 99/00; el de la 01/02, donde tampoco pudo ganar más de un partido; y el definitivo de la 04/05.

En el actual periplo el Hércules ya ha quemado los cuatro primeros cartuchos y se encamina irremediablemente hacia el quinto intento. Nunca antes salió de Segunda División B en menos tiempo. Pese a las continuas opciones que ha tenido (y desaprovechado) el equipo de engancharse al «play-off» de ascenso, la realidad es que este Hércules es el segundo peor de los 16 años que ha estado en la categoría de bronce. A falta de dos jornadas, sólo ha sumado 49 puntos, tres más que en la 89/90, la peor campaña en la historia del Hércules, pero 22 menos que hace dos temporadas, donde rozó el ascenso en la final de la promoción.

Tabla rasa

Ninguno de los jugadores que arrancó la 88/89, la primera campaña en Segunda División B, logró el ascenso cuatro años después, en la 92/93. En la siguiente etapa, sólo los laterales Castro y Vicente Verdejo se mantuvieron desde la 99/00 hasta el ascenso de la 04/05. En la actual plantilla los supervivientes de la 14/15 son Chechu Flores, Miñano, Iván Buigues y Paco Peña; aunque lo más probable es que los dos últimos abandonen la disciplina blanquiazul el próximo 30 de junio por diversos motivos. El portero ya solicitó salir el pasado mes de enero y se le cerraron las puertas, pero su contrato se las abre para marcharse gratis por no haber cumplido la cifra de partidos estipulados. Por su parte, el capitán Paco Peña sopesa colgar las botas tras más de 300 partidos de blanquiazul. Miñano también acaba contrato, aunque la dirección deportiva deberá encontrar a dos sustitutos de la talla de ambos antes de dejarlos marchar.

Vuelta de Juanjo

El equipo regresa esta mañana a los entrenamientos y comenzará a preparar el derbi del domingo en el Martínez Valero, en el que el Hércules podrá volver a contar con el castellonense Juanjo Nieto, sancionado para la visita a Ontinyent. Moha, su sustituto en El Clariano, fue el más destacado en la estrepitosa derrota por 1-0.