El Hércules siempre fue un ave fénix. Empecinado en tocar fondo para resurgir por completo. El abismo más absoluto lo ha bordeado más de la cuenta en los últimos 365 días: desaparición, disolución, bloqueo institucional, multas, cantidades millonarias, tres entrenadores e incluso un acercamiento peligroso a la Tercera División. Pero en apenas dos semanas de ese último susto, Chechu y Juli, dos veteranos que andaban firmando un curso de altibajos, han virado radicalmente la dinámica de un equipo que persigue a marchas forzadas un milagro que esta noche podría ser más real.

Chechu Flores, el principal artífice, ha sumado en los últimos 15 días los mismos goles que en los últimos siete meses. El extremo jienense, reconvertido a mediapunta por Josip Visnjic, hizo un hat-trick ante el Mestalla en el Rico Pérez (el primero de su carrera) y marcó el gol del triunfo en Sagunto el fin de semana pasado. Nuevamente vuelve a ser el máximo goleador, y con mucha diferencia, del equipo, como ya hizo en las dos últimas campañas. Ahora lleva 10 goles (9 en Liga y uno en Copa) y tiene a tiro de piedra ser el único jugador que rebasa esa cifra en esta etapa en Segunda B. El hoy director deportivo Portillo también hizo una decena de goles en la 14/15.

Además, Chechu igualó en Sagunto a Sendoa con 32 tantos oficiales como segundo máximo goleador del club en todo el siglo XXI, sólo por detrás de Portillo, que hizo 44 entre 2010 y 2015. El top 5 lo terminan Tote, con 30 dianas, y José María Merino, delantero de la anterior etapa en Segunda B de la entidad, que hizo 25 goles en dos años.

Un generoso aliado

Chechu ha encontrado en Juli a su mejor aliado, que le ha servido en bandeja tres de los cuatro goles que han revitalizado a un Hércules remiso y abandonado a la deriva. El atacante alcoyano dejó solo ante el portero a Chechu en el primer gol ante el filial valencianista, hasta que le hicieron penalti. En el segundo gol ambos trenzaron una pared de videoteca y, hace sólo siete días, en Sagunto, una carrera contra el mundo de Juli encontró oro tras un esprint y una definición soberbia de Chechu. Dos semanas consecutivas con el equipo a la espalda y en las que tampoco ningún compañero desentonó.

Hoy buscan la machada, ganar en casa al Lleida y esperar que la carambola entre. El Hércules podría dormir esta noche a dos puntos del «play-off» de ascenso, a falta todavía de tres jornadas de Liga regular por disputarse.