La Guerra Civil cercenó miles de historias; una de ellas, por supuesto que no la más importante, fue la fulgurante aparición del Hércules en la primera plana del fútbol español. Al estallido del combate, los alicantinos acababan de terminar sextos su primera temporada en Primera. Al término del conflicto, varios de sus protagonistas ya no estaban; uno de ellos, el entrenador Suárez de Begoña.

La competición regresó en diciembre de 1939 y el Hércules volvió a cerrar un año fantástico, en el que goleó por 4-1 al Atlético (a la postre, campeón) y culminó un mes de abril para el recuerdo, empate ante el Sevilla (subcampeón) y victorias ante el Athletic (tercero) y Real Madrid (cuarto). El triunfo en Chamartín, conseguido el 21 de abril de 1940, fue el primero que lograba el Hércules en casa de los blancos. El autor del gol, Tormo, sería inhabilitado posteriormente por republicano. Curiosamente, los blanquiazules conquistaban la capital con el alicantino Quirante en el banquillo, el entrenador con el que el Real Madrid había debutado doce años en la competición que hoy lidera históricamente con 33 títulos. Por entonces, sólo tenía dos.

Cuarenta y cinco años después, en la última jornada de la 84/85, sólo una pirueta imposible libraba al Hércules del descenso. Y ocurrió. Porque era 21 de abril.

El argentino Sanabria ponía en el minuto 72 el definitivo 0-1 en el Santiago Bernabéu que certificaba la permanencia alicantina en la máxima categoría para desesperación de Betis y Málaga, que no contaban con ese triunfo. Tres días después el Madrid celebraría en el mismo escenario una remontada inolvidable ante el Inter en Copa de la UEFA. Pero ésa es ya otra historia.