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Portillo: «La plantilla y el entrenador se juegan su futuro en estas cinco finales»

El madrileño avisa de que el domingo se abre en Sagunto el «cásting» para decidir qué jugadores seguirán el próximo año

Portillo: "La plantilla y el entrenador se juegan su futuro en estas cinco finales"

Javier Portillo hace examen de conciencia y no encuentra explicación al fiasco de una plantilla «que ilusionó en agosto y se reforzó en invierno». Lleva lo mejor que puede las críticas de un sector del Rico Pérez, pide perdón a la afición por los malos resultados y condiciona la planificación de la próxima temporada al rendimiento de todos -jugadores y técnico- en los cinco partidos que quedan de Liga.

A falta de cinco jornadas para el final de la Liga, hay jugadores del Hércules que coinciden con la afición en que esta temporada es un fracaso. ¿Lo comparte?

No me gusta emplear la palabra fracaso, pero sí es cierto que no ha sido una temporada buena. El club, y yo el primero, somos muy autocríticos y vamos a intentar competir de la mejor manera estos cinco partidos y ya habrá tiempo de tomar decisiones.

¿Qué ha fallado para que un equipo llamado a luchar por el ascenso haya acabado espantando los fantasmas del descenso a Tercera División?

Nunca he pensado en eso de los fantasmas de Tercera porque como bien decía el «míster» [Josip Visnjic] también estábamos a seis o siete puntos de los puestos de «play-off» para mirar hacia arriba. ¿Qué ha podido fallar? En el fútbol son muy importantes las dinámicas y los estados emocionales. Nunca hemos tenido una dinámica positiva en todo el año. El equipo no ha parado de recibir golpes duros domingo tras domingo. Es cierto que acompañados de errores propios que no se debían cometer. Pero el equipo no ha enlazado la dinámica positiva que todos buscábamos. Es difícil competir con golpes duros cada domingo, pero también es verdad que hay muchos jugadores que deberían haber dado un paso al frente y liderar a un equipo como éste llamado a estar arriba.

En su primera temporada como director deportivo en solitario, ¿qué parte de responsabilidad por los malos resultados le corresponde a usted?

No soy persona de esconderme. Todos tenemos nuestra parte de culpabilidad. Nosotros intentamos hacer buenas plantillas, como este año y los anteriores en la época de Dani Barroso también, y somos muy autocríticos. Intentaremos mejorar lo que se haya podido hacer mal esta temporada y lucharemos para que el Hércules vuelva a una situación estable, buena y positiva.

Fichajes ilusionantes en verano, tres entrenadores, teóricos refuerzos en invierno, pero el equipo no ha dado la talla por segundo año consecutivo...

Pienso que todo lo que no sea estar entre los cuatro primeros no es bueno. No somos un club conformista, sino que intentamos hacer la mejor plantilla posible con muchas dificultades en verano. Creo que en invierno le dimos un salto de calidad al grupo con David Torres, José Fran y Candela. Este equipo en agosto nos ilusionaba a todos. Que tú metas 200 o 300 personas en la presentación de un fichaje en Segunda B no es normal. Ni en Segunda A. Eso quiere decir que el entorno veía desde fuera que teníamos una gran plantilla, probablemente mejorable, para estar entre los tres o cuatro primeros toda la temporada. Yo he leído muchos comentarios al principio positivos e ilusionantes, lo que quiere decir que íbamos bien encaminados, pero al final es fútbol y muchas veces no sabes por qué suceden situaciones como la nuestra.

Para estas cinco últimas jornadas, al menos el objetivo de la Copa del Rey será irrenunciable...

Además de ser positivo, soy ganador, y tenemos que transmitir al vestuario que mientras haya posibilidades hay que luchar por la cuarta plaza. Indudablemente, está lejos, pero mientras haya posibilidades matemáticas nuestra exigencia debe ser máxima diariamente. Los jugadores y el cuerpo técnico tienen que saber manejar esa situación. Mi objetivo y el del club es estar entre los cuatro primeros, pero sabemos que es una opción bastante difícil. A partir de ahí todos nos jugamos mucho: los que tienen contrato, los que no; los que tienen la posibilidad de renovación y los que no... Son cinco finales que deben afrontarlas como si fuera el último partido de sus vidas. Todas. Empezando por este domingo en Sagunto.

O sea, que el domingo en Sagunto se abre el «cásting» para confeccionar la plantilla de la próxima campaña...

Tenemos un diagnóstico bastante claro, pero aún es pronto para que se haga público. Pero es verdad que las dudas que pueda haber para el futuro se pueden disipar o confirmar en estos cinco últimos partidos.

¿Y qué me dice del futuro del actual entrenador Josip Visnjic de cara a la próxima temporada?

Tiene cinco finales por delante. Estamos muy contentos con su trabajo. Tenía claro cuando lo firmamos que tenía que venir. Es un hombre de la casa que ha hecho fácil el día a día, que ha sabido llegar a los jugadores y que es un hombre para tenerlo en mente.

Tendremos que hablar de «revolución» para definir lo que pasará en el vestuario la próxima campaña?

No me gusta usar la palabra revolución, pero sí es verdad que son autocrítico y no voy a permitir que el Hércules esté en el octavo puesto. Si hay que cambiar cosas, se cambiarán.

A grandes rasgos, ¿qué cambios considera urgentes y necesarios para el curso 2017-18?

Prefiero ser prudente y no quiero dar pistas ahora de lo que tenemos en mente. Por trabajo no será. Estamos sembrando para recoger y los proyectos no son a 12 meses, sino a largo plazo. No vamos a parar de remar hasta conseguirlo. Quien se quiera subir a la barca para remar juntos, bienvenido; y el que no, tendrá que salir del club porque la exigencia es máxima en el Hércules y tenemos que llevarlo entre todos al lugar que le corresponde.

Usted fue delantero en éste y otros equipos. Este Hércules necesita un «9» como el comer...

Evidentemente, los números hablan por sí solos. Pero no sólo hay que culpabilizar a los delanteros. Tenemos buenos atacantes, que se están examinando, y también hay otras posiciones con carencias y mejorables. Los «nueves» han tenido partidos y ocasiones para demostrar y por lo que sea no ha sido un gran año. Esperemos que acaben bien y al final se tomarán decisiones. Pienso que tenemos tres buenos delanteros para la categoría y totalmente diferentes.

¿Qué otras posiciones se pueden mejorar además del «9»?

Es un poco pronto para hacer ese balance. Tenemos que ser discretos porque nos jugamos mucho. Hay una buena base y hay jugadores que son recuperables y tienen que volver al nivel que tenían cuando se les fichó.

Supongo que no me dará nombres, pero, ¿está decepcionado con algunos jugadores que no han asumido el liderazgo para el que habían sido fichados?

Hay algunos jugadores que no han respondido a las expectativas que yo pensaba.

En el plano institucional, la llegada de Quique Hernández a la presidencia, que mañana se ratifica en Junta General, ha aportado algo de calma...

Sobre Quique Hernández sólo puedo tener elogios. Probablemente no sea la persona idónea para opinar porque ha sido mi entrenador durante muchos años y es mi amigo. Es una persona de fútbol que nos puede dar un plus en el día a día y viene a sumar, y eso es positivo.

¿Ha llegado a temer en serio por la liquidación o desaparición del Hércules por la deuda con Hacienda y la reclamación de siete millones por la Unión Europea?

He estado muy preocupado en determinadas circunstancias. Pero, por la información que tengo, los dirigentes se van a dejar la vida por que el Hércules tenga muchos años más de existencia y me consta que hacen un grandísimo esfuerzo por salvar la situación y tener un club estable y preparado para llevarlo a donde se merece estar.

¿Qué lecciones saca de este primer año en la dirección deportiva del Hércules?

Es un club de máxima exigencia que te requiere el máximo nivel. Estoy orgulloso de representar a este club. Cada día aprendo algo nuevo y constato que somos un club de otra categoría y que tenemos que estar preparados e ilusionados para trabajar y darnos una alegría a la afición, la ciudad y el club porque nos la merecemos. Sí quiero pedir disculpas al aficionado porque el equipo no ha estado a la altura. Tenemos una afición que nos ha dado cosas y nos ha empujado a la victoria cuando hemos estado sólo regular, no necesariamente bien. Esperemos que sigan así.

¿Se arrepiente de alguna decisión en concreto?

Probablemente sí, pero prefiero ser prudente y quedármelo para mí. Sí es cierto que cuando tomo una decisión miro para adelante y no hacia atrás ni para tomar carrerilla.

¿Tiene algún modelo de director deportivo al que le gustaría parecerse?

No me fijo sólo en uno. Siempre te fijas en Monchi, el de la Roma, porque es de los más conocidos en Europa. Pero hay clubes que trabajan muy bien el «scouting» y tienen personas de confianza, que es lo que yo quiero. Pero con nuestras dificultades económicas, todo lo que tengo en mente no se puede hacer en Segunda B. Intentamos ser cada día mejores, pero nos queda un largo recorrido para alcanzar lo que yo pretendo. Poco a poco, intento rodearme de los mejores y de gente de mi confianza. Estamos haciendo un equipo de trabajo estupendo: pocos pero buenos.

¿Sabe ya lo que va a hacer el próximo curso su amigo y capitán Paco Peña a los cuarenta años?

Pensamos en el día a día y en acercarnos al cuarto puesto. No he hablado con él de su futuro. Como capitán en las siete u ocho últimas temporadas, hay que sentarse a hablar con él y escucharle. Se ha ganado tener su propia opinión. Lo emplazamos a final de temporada.

¿Qué siente cuando algún sector del Rico Pérez le canta lo de «Portillo, vete ya»?

No es agradable, evidentemente. Yo ya no meto goles ni los saco. Asumo con muchísimo orgullo e ilusión la responsabilidad que me corresponde por este cargo, pero no quiero que haya un mal ambiente en el estadio. Si los futbolistas van a jugar más liberados y lo quieren pagar conmigo, lo acepto, pero que el jugador esté bien.

¿Qué le va a pedir hoy a la Santa Faz en la visita del equipo?

Primero, salud para mi familia y seres queridos. Y que el Hércules siga muchísimos años más de pie y que nos recompense el buen trabajo que hacemos dentro y que veamos a corto o medio plazo a nuestro equipo donde todos soñamos. Es muy difícil salir de Segunda B y tenemos que remar todos en la misma dirección.

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