«El club, que durante tantos años ha cubierto de gloria el pabellón futbolístico de Alicante, ha caído al pozo sin fondo de Tercera con todas las de la ley, que es lo lamentable». Así reflejaban estas páginas hace 59 años el desastre que sufrió el Hércules en La Viña a manos del Mestalla, rival que le envió al tercer escalón del fútbol español tras 25 años en la élite y que esta mañana (12.00) visita a unos blanquiazules que están más cerca de los puestos de descenso que de los de ascenso.

El análisis tras aquella eliminatoria (el Hércules era de Segunda y el Mestalla de Tercera) que terminó en fracaso el 7 de junio de 1959 suena, desgraciadamente, bastante familiar: sacrificio económico en verano de la directiva (que entonces presidía Ghiloni), cambio de entrenador, mala fortuna arbitral y un optimismo cegador. «Los elementos de los que dispone el Hércules son suficientes para salvar al equipo de la situación en que se encuentra», argumentaban en la época antes del fatal suceso.

«Histórica y desdichada tarde», publicaba INFORMACIÓN tras el pitido final. El equipo entrenado por José Sierra caía a Tercera en una temporada en la que el Elche, el eterno rival, subía a Primera por vez primera. Por entonces, el Hércules ya había estado siete años en la máxima categoría, pero ahora se veía inmerso en un retorno a un inframundo del que no tardaría en salir. Apenas un año, tras un triunfal paseo por Tercera, con muchas goleadas por el camino (7-0 al Novelda, 7-0 al Águilas, 6-0 al Villajoyosa...) y tras un par de eliminatorias ante Manacor y Hospitalet.

De Santa Pola al estadio

Para el vital choque contra el Mestalla, los blanquiazules se concentraron en Santa Pola, municipio que emanaba herculanismo por los cuatro costados gracias a Manolo Maciá. En la villa marinera, el Hércules paseó, pernoctó e hizo ejercicios con pelota de goma. Cosas de otra época. Pero perdió 0-2 contra los ches, que celebraron en el Hotel Playa, de la Playa de San Juan, su tercer ascenso a Segunda División, categoría que no pisan desde 1973 y por la que aspiran pelear en lo que queda de esta 17/18.

Hoy para el Hércules la empresa es todavía peor que entonces porque Tercera supone la cuarta división del fútbol español, donde jamás estuvo. Una victoria esta mañana alejaría fantasmas.