Una faena genial de Chechu Flores en apenas nueve minutos bastó para que el Hércules se despojara de un plumazo de la alerta del descenso a Tercera que había impactado durante toda la semana la actualidad blanquiazul. El equipo cuajó, con toda seguridad, el mejor partido de la temporada y se deshizo con facilidad de un -eso sí- tierno Mestalla, tan imprevisible delante como detrás.
Chechu, inexplicablemente sentado por Visnjic la semana anterior en la visita al Baleares, lideró ayer la goleada al filial valencianista con un «hat-trick», el primero de su dilatada carrera, y un robo crucial en el 1-0 de Moha, que llegó poco antes de la media hora de juego. Pero el partido pudo dar un vuelco fatal al minuto de comenzar, cuando el Hércules concedió un absurdo córner que cabeceó sin oposición el central Morgado. Sólo Falcón en primera instancia y Pol en el rechace evitaron que el día se pusiera todavía más cuesta arriba. Poco antes, los escasos tres mil fieles que ocuparon los asientos de un desnudo Rico Pérez habían silbado los nombres de los jugadores anunciados por megafonía y entonado un severo «fuera, fuera» previo al pitido inicial. Mostrada su disconformidad el público tras el decepcionante año y habiendo resucitado el Hércules tras ese primer minuto grogui, los alicantinos comenzaron a estirarse y merodearon la meta che.
El primer aviso serio terminó en córner tras un remate de un David Torres perdido en mil batallas y todavía nublado de cara a gol. Sólo tres minutos después Moha malogró dos remates claros en boca de gol, tras un falta servida por Miñano que había provocado Chechu. Ahí ya era el Hércules dueño del partido y el jienense, su principal amenaza. Tras dos centros que no encontraron rematador, en el 29' Moha batía a Cristian desde el área pequeña tras recibir un envío de Chechu, con ayuda mediante de David Torres.
La presión alta ordenada por un Visnjic que esbozó un centro del campo en rombo dio sus frutos ante la temeraria salida de balón de un Mestalla deshilachado y fiado a las peripecias de los verticales extremos Villalba y Álex Blanco. Sólo la sistemática falta de un goleador privó al Hércules de marcharse con una ventaja más abultada y merecida al descanso. En el último suspiro previo a la entrada a vestuarios, David Torres cruzaba demasiado un balón cedido sutilmente por Chechu después de un avance de Peña, impenetrable ante rivales de veinte años menos.
Nueve minutos de show
En el 57', un robo de Miñano en campo propio propició un fenomenal contragolpe de cincuenta metros que inició y culminó Chechu. El jienense abrió a Juli en profundidad y terminó siendo objeto de un pueril penalti de Centelles, tras una dejada del alcoyano. En el disparo desde los once metros, letal como siempre.
Sólo treinta segundos más tarde, el doctor Jekyll volvió a aparecer. Un despiste de Pol Bueso en línea de fondo lo aprovechó pícaramente Álex Blanco, que sirvió en bandeja a un Jordi que envió inexplicablemente a puerta vacía el balón por encima del larguero. Era el día de suerte que nunca tuvo el Hércules durante toda la temporada.
En el 61' Chechu cogía en la línea de tres cuartos un rechace y combinaba nuevamente con Juli, su mejor socio y brillante e infatigable ayer, que le devolvió al primer toque una pared para dejarlo solo ante Cristian. Tic, tac. Un toque con la zurda para dejar por el suelo al guardameta y otro con la diestra para empujar a gol una jugada de PlayStation.
También de videconsola fue el 4-0, cuatro minutos después. Una falta lateral sin aparente peligro la colocaba Chechu en la escuadra, tras la colaboración del larguero y de una mano inquieta del portero. Ante un Mestalla que había abandonado todo viso de reacción, el jienense cerraba el partido con un hat-trick, el primero de su carrera a sus casi 36 años. Lástima que, al igual que el triunfo, llegue tarde. Sólo una carambola casi imposible dejaría al Hércules entre los cuatro primeros dentro de cinco jornadas. Hoy, el play-off queda a siete puntos tras la victoria del Cornellà al Badalona.
Olvidado el miedo a Tercera y con la Copa más cerca, urge fichar para el año próximo a un goleador (Chechu es nuevamente el pichichi del equipo) y recuperar a José Fran y Candela, fichajes de invierno y con contrato en vigor que fueron suplentes ayer. Y volver a ilusionar a una afición que, pese a todo, terminó despidiendo al equipo entre aplausos que ayer sí merecieron.
