Por más que la competición se empeñe en mantener con vida al Hércules en la pelea por la promoción, el equipo de Visnjic sigue en sus trece: de batacazo en batacazo, algunos de ellos con tintes de bochorno. De nuevo cayó ayer el conjunto blanquiazul a domicilio ante uno de los colistas, esta vez el Atlético Baleares, como hiciera en las semanas anteriores frente al Peña Deportiva y el Peralada. Es escaso espíritu competitivo y la alarmante falta de pegada de este grupo de futbolistas no alcanza para disputar la promoción ni probablemente tampoco para sellar el billete de la Copa del Rey, un objetivo que ya se da por cumplido antes de empezar la temporada al tratarse de un candidato al ascenso. Pero poco de eso tiene este Hércules que está ahora más cerca de Tercera (seis puntos) que de la promoción (8). Y aún quedan seis jornadas para que la Liga baje el telón.
La puesta en escena del equipo alicantino en el pequeño campo de césped sintético de Son Malferit fue horrorosa. Es incomprensible tal falta de concentración y agresividad cuando una victoria hubiera acercado la cuarta plaza a sólo cinco puntos. Connor, superado por el partido y lejos del nivel del incombustible Peña, vio la primera amarilla a los 30 segundos por pisar a un rival y, a los dos minutos, Xisco envió el balón al larguero tras rematar sin oposición dentro del área un buen servicio desde la izquierda. Con el Hércules todavía aturdido, en el 6' llegó otra clarísima ocasión para los locales tras una gran combinación de los atacantes que dejó solo a Kike López ante Falcón en posición centrada e inmejorable. El gaditano repelió el peligro con una parada de portero de balonmano que mantenía a su equipo con vida.
Con el paso de los minutos, el conjunto de Visnjic se asentó en el moderno césped sintético de Son Malferit y un par de internadas sin definición ni último pase de los extremos Moha y José Fran demostraron que el Baleares era un manojo de nervios en defensa, de ahí que tenga la salvación en chino. El último cuarto de hora de la primera parte fue de color blanquiazul aun sin tener claramente el dominio del balón y la mejor ocasión de todo el partido llegó en el 44' con un mano a mano de Alejandro Tarí ante Aulestia en el que el meta vasco resultó vencedor al rechazar con el pie la definición del canterano. Los jugadores blanquiazules se marcharon al vestuario visiblemente molestos con el colegiado, ya que decretó el fin del primer acto cuando Connor se disponía a disparar desde la frontal del área en buena posición.
Visnjic no modificó su pizarra en el descanso y siguió apostando por Tarí y David Torres como referencias ofensivas, con Chechu en el banquillo. En el 49', David Torres marcó un gol de bandera desde fuera del área con la zurda a pase de Miñano pero el colegiado lo anuló justamente porque el ariete de Petrer estaba ligeramente adelantado en el inicio de la jugada.
El empate no valía a ninguno de los dos por lo que el partido se abrió y la siguiente ocasión, en el 54', la desperdició Xisco con un disparo con la derecha a las nubes en buena posición dentro del área.
Visnjic se vio obligado a sacar del campo a Miñano en el 66' por un «pinchazo» en la espalda y sólo tres minutos después llegó la acción que decidiría el partido a balón parado. Xisco botó de maravilla una falta lateral y Allés le ganó el duelo a Pol Bueso para marcar de cabeza desde cerca, imposible para Falcón.
El técnico serbio reaccionó a este mazazo con un doble cambio al dar entrada a Chechu Flores y Salinas en detrimento de Tarí y Juanjo Nieto, pero los blanquiazules sólo inquietaron con un zurdazo del extremo jiennense desde fuera del área que Aulestia despejó con mucha fortuna ya que el balón le golpeó en la cara.
El Atlético Baleares, que pelea con el cuchillo entre los dientes para no irse a Tercera, se encargó de que apenas se jugara en los minutos finales y el Hércules no volvió a rondar con peligro por la meta de su exportero.
Por increíble que parezca, el conjunto de Visnjic está a sólo seis puntos de los puestos de descenso a Tercera y el calendario se pone duro en las seis últimas jornadas ya que todos los rivales salvo el Llagostera (el último) están por encima de los alicantinos y pelean por disputar la promoción, un objetivo que el Hércules se ha encargado ya de tirar por tierra con una temporada calamitosa y que exige una limpieza a fondo de la plantilla. El directo deportivo Javier Portillo tiene mucha faena por delante porque el desaguisado es de aúpa.
